Hace ya mucho que Mario Casas apareció en la gran pantalla por primera vez. En concreto, debutó en 2006 de la mano de Antonio Banderas en El camino de los ingleses. Yo ese año estaba empezando el instituto y no entiendo en qué punto ha pasado todo lo que ha pasado. Mientras que Mario Casas ha debutado como director de cine con Mi soledad tiene alas, conmigo ha pasado algo aún más inusitado: estoy ganando dinero como periodista. ¡Quién nos lo diría a ambos hace 17 años!
Recuerdo ver al actor en Los hombres de Paco y acto seguido a su salida de la serie verlo convertirse en el sueño de casi cualquier adolescente de la época al ponerse a las órdenes de Fernando González Molina y a los lomos de su moto en la adaptación al cine de Tres metros sobre el cielo, esa peli romántica que nació del libro del mismo título de Federico Moccia en la que casi todo está mal, sobre todo si la vemos en la actualidad.
Desde entonces se han sucedido en su currículum 20 películas como actor entre las que se encuentran El Bar y Las Brujas de Zugarramurdi, ambas bajo la atenta mirada de Álex de la Iglesia, Contratiempo, No matarás o Grupo 7. Por supuesto también ha habido cambios de "look" y diferentes parejas, pero si algo se ha mantenido intacto durante estos años en la vida del intérprete ha sido la relación que mantiene con su familia, lo que le llevó a comprarse un terreno cerca de sus padres y sus hermanos en la sierra de Madrid en 2017 con la ayuda de los primeros.
Y puede que precisamente este sea el truco que hace que se muestre, o parezca al menos, una persona con los pies en la tierra a pesar de todo lo que ha orbitado a su alrededor desde su juventud.
Como ya te conté cuando estrenó su primer largometraje como director, Mario Casas tiene cinco hermanos y unos padres superjóvenes con los que se lleva 17 años. Sí, es fuerte. En una entrevista con El País de hace unos años el actor confesó que ellos son una piña y que él está algo enmadrado, por lo que mudarse tan cerquita de su núcleo debió ser un sueño para él.
El protagonista de la serie Instinto compró una vivienda en la sierra de Madrid, en concreto en Los Peñascales, una exclusiva zona de Torrelodones. Aunque la finca es más grande, la casa tiene 218 metros cuadrados y cuando además con zona de jardín y una piscina central, la zona favorita de la familia por lo que hemos podido comprobar alguna que otra vez gracias a las publicaciones de los diferentes miembros del clan Casas. Se encuentra en una urbanización con vistas a un lago que está a tan solo 30 kilómetros de la capital, donde el artista tiene además un piso en propiedad.