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    Disney enterró una película de Martin Scorsese para evitar problemas con China: a él le prohibieron visitar el país durante 15 años
    Alicia P. Ferreirós
    Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

    De nada le sirvió ser uno de las más grandes cineastas de la industria. Otra de las consecuencias fue la prohibición de todas las películas del catálogo de la firma, así que el propio Eisner se disculpó con el Primer Ministro chino

    Uno de los cineastas más influyentes de la historia, el legado de Martin Scorsese a la industria cinematográfica es innegable. A lo largo de sus 60 años de carrera nos ha dejado grandes hitos cinematográficos, que van desde las ya legendarias Malas calles, Taxi Driver, Toro Salvaje, Uno de los nuestros, El cabo del miedo o Casino hasta muchas de las grandes obras del siglo XXI, como El aviador, Infiltrados o El lobo de Wall Street por citar solo algunas.

    Hollywood tiene razones más que de sobra para rendirse a los pies de Scorsese, pero no hace tanto tiempo, a finales de los años 90, la presión de China contra una de las películas del cineasta fue más importante para el gran estudio que producía la película. Producida por la filial de Disney Touchstone Studio, Kundun pudo ser una realidad después de que el primer estudio vinculado al proyecto, Universal, decidiese no seguir adelante con ella, pero, de algún modo el filme estaba destinado a tener problemas.

    Con las entrevistas que la guionista de la película, Melissa Mathison, había tenido con el Dalai Lama como base, la cinta se trata de un biopic sobre la vida y obra de el actual Dalai Lama Tenzin Gyatso, líder espiritual del Tibet y exiliado político desde la anexión del Tibet por parte de China.

    Kundun
    Kundun
    Fecha de estreno 5 de junio de 1998 | 2h 17min
    Dirigida por Martin Scorsese
    Con Tenzin Thuthob Tsarong, Gyurme Tethong, Tulku Jamyang Kunga Tenzin
    Medios
    2,8
    Usuarios
    3,7
    Sensacine
    2,5

    Así, al igual que había sucedido no mucho antes con la película protagonizada por Brad Pitt, Siete años en el Tibet, entre las autoridades del país asiático sentó fatal que Hollywood volviese a poner el foco sobre el Dalai Lama, considerado un líder separatista y una amenaza para el control chino sobre la región del Himalaya.

    La producción de ambas películas tuvo consecuencias importantes para todos los implicados. Por su puesto fueron vetadas en el país, pero el atrevimiento a retratar China de manera negativa en relación a la invasión del Tíbet también se tradujo en otras represalias, como prohibir la entrada a China a Martin Scorsese, a Mathison y a otros miembros del equipo -tal y como ocurrió con Brad Pitt y Jean-Jacques Annaud- o la prohibición temporal de todas las películas del catálogo de la firma durante dos años, coincidiendo con el estreno de Mulan.

    No obstante, apostamos a que la actitud tomada por Disney ante los problemas con China no fue muy del gusto de Scorsese, puesto que, además de las represalias personales y a su cine, tuvo que ver cómo su película quedaba prácticamente enterrada. El estudio no solo no quería que la situación empeorase, sino que optó por limar las asperezas con el país asiático presentando sus disculpas. Y para ello era necesario que Kundun no llamase demasiado la atención.

    Así, la película, por mucho que de Scorsese se tratase, fue víctima de un estreno muy límitado en Estados Unidos y apenas logró recaudar 6 millones de dólares, resultando en un fracaso comercial.

    En 1998 el CEO de Disney en aquel momento, Michael Eisner, hizo una visita al primer ministro chino para presentarle sus disculpas y reconocer que producir Kundun había sido un error:

    La mala noticia es que se hizo la película, la buena noticia es que nadie la vio. Quiero disculparme y en el futuro deberíamos prevenir este tipo de cosas, que insultan a nuestros amigos, existan

    Una doblegación que marcó por completo la postura de los grandes estudios de Hollywood a la hora de desarrollar títulos que puedan irritar a las autoridades chinas y que, por desgracia, se sigue manteniendo a día de hoy. Respecto a Scorsese, la prohibición de entrada al país se levantó en 2012 con el estreno de La invención de Hugo.

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