En los años 90, Hulk Hogan era el rey. No solo por sus peleas en el ring (era el héroe de Pressing Catch en aquellas mañanas inimitables de Telecinco), sino porque desató una auténtica Hulkmanía. Abrió un restaurante que duró menos de un año (Pastamania), fue el protagonista de su propio reality (Hogan knows best), grabó un disco (Hulk Rules) y hasta tuvo más de 150 figuras de acción. Pero si por algo es conocido es por aquella época en la que le dio por actuar.
Perritos al agua
Su carrera empezó, ya como estrella, con Rocky III, y prácticamente fue aceptando todos los cameos que le ofrecieron, desde Gremlins 2 hasta Espía como puedas, hasta que tuvo la oportunidad de debutar como protagonista en Lucha sin límite, Suburban Commando y la que hoy vamos a tratar, Mr. Nanny, una pseudo-película de 1993 terroríficamente mala donde cae continuamente en las bromas de dos hermanos. La cinta se hundió en taquilla y nadie se acordaría de ella, de no ser por un detalle.
En los títulos de crédito iniciales, mientras Hogan va con la moto por la carretera, se ve de fondo a un hombre tirando un perro al agua por las buenas. No formaba parte de la película, se coló en la grabación y después en el montaje de manera muy notoria. La mayoría creen que era alguien abusando de su perrete, pero, llegado a un punto, alguien encontró a esa persona, que se decidió a hablar sobre lo que estaba haciendo en realidad en dicho plano.
Efectivamente, una vez más, las redes sociales estaban sacando todo de contexto. El hombre, Scott Meredith, de Southwick, estaba jugando con sus perras Cassie y Missy aquel día de inicios de los 90. Pero a Cassie le daba miedo el agua, así que decidió quitárselo de golpe dándole un chapuzón. "Le encantó y una vez en el agua ya estaba bien", comentó después. Eso no impidió que la policía se pasara por su casa, porque si algo nos gusta hacer en Internet es exagerar todo de manera desquiciada. A ver si no para qué estamos.