Ahora es uno de los cineastas más importantes e influyentes de la industria cinematográfica, pero, cuando empezaba, Martin Scorsese no siempre lo tuvo fácil para demostrar su talento y particular visión sobre hacer cine. Como cualquier otro, Scorsese tuvo que hacer frente a complicaciones varias y también a algunos desengaños, incluso llegando a ser despedido del equipo de la que hubiera sido su segunda película.
Sesenta años de trayectoria artística dan para mucho y, aunque en todo ese tiempo el director americano ha tenido la oportunidad de dirigir grandes películas que le han hecho ganarse un merecido hueco en la historia, el recorrido también está lleno de proyectos inacabados. Películas que, por una u otra razón, se acabaron quedando en un cajón o fueron a parar a manos de otros directores. No obstante, en la mayoría de ellos fue el propio Scorsese quien decidió no seguir adelante o apostar por otro proyecto.
Sin embargo, en 1969 Martin Scorsese vio como la que hubiera sido su segunda película tras ¿Quién llama a mi puerta? (1967) se le escapaba de las manos. El director soñaba con ganarse una reputación en Hollywood y conseguir despuntar, pero precisamente por ello acabó despedido en la primera semana de trabajo.
El sueño arruinado de Martin Scorsese no es una película que se quedase en un cajón, sino un 'thriller' criminal basado en hechos reales bastante olvidado pero que es considerado por muchos como una obra maestra de culto: Los asesinos de la luna de miel, The Honeymoon Killers en su versión original, que finalmente dirigió Leonard Kastle.
Según contó el propio Scorsese para el libro Conversations with Scorsese de Richard Schickel, entonces la película llevaba como título original Dear Martha y el productor le despidió nada más comenzar por trabajar demasiado lento: "Era un guion de 200 páginas y estaba filmando todo en tomas maestras sin cobertura porque era un artista".
El cineasta explicó que su objetivo era hacer una película en la línea del aclamado director danés Carl Theodor Dreyer y que eso al final le llevó a dejar de lado el objetivo principal, que era hacer la película: "En lugar de simplemente hacer la película, estaba tratando de ganarme una reputación. Y la retorcí y le di la vuelta estilísticamente de diferentes maneras. Intenté hacer algo que no debía ser".
Me despidieron tras una semana y con razón. Fue una gran lección
Finalmente un par de secuencias rodadas por Scorsese terminaron en la película, que resultó ser muy elogiada por la crítica y tiene una puntuación perfecta del 95% en Rotten Tomatoes.
Basado en la historia real de Raymond Fernandez y Martha Beck, una pareja de asesinos en serie a los que apodaron como "los asesinos de los corazones solitarios", la película comienza contando la historia de Martha (Shirley Stoler), una enfermera con problemas de sobrepeso que conoce a Ray (Tony Lo Bianco) a través de una agencia de contactos y rápidamente queda deslumbrada. Tras descubrir que Ray es un gigoló que utiliza las agencias de contactos para conocer a mujeres solteras, seducirlas y estafarlas, Martha decide no solo seguir con él, sino ayudarle en sus asaltos. Ya convertidos en cómplices, Martha y Ray comienzan a escoger juntos a sus víctimas, mujeres solteras y viudas con las que Ray logra casarse y a las que asesinan sin remordimientos en su luna de miel.