El camino para muchos directores de cine no suele ser sencillo, e incluso los maestros tenían que buscar oportunidades de donde fuese. La generación del Nuevo Hollywood se formó al margen de los grandes estudios, forjando estilo y adquiriendo experiencia para rodar desde el cine independiente o de bajo presupuesto. Con muy poco dinero, directores como Francis Ford Coppola dieron sus primeros pasos.
Mientras esperaba su gran oportunidad para dirigir, Coppola estuvo trabajando para Roger Corman, el rey del cine barato pero comercialmente exitoso. Cine de terror y fantástico que resultaba rentable por economizar los presupuestos al máximo y vendiéndolas bien en diferentes territorios y formatos. Corman dirigía y producía estos proyectos, a menudo dando oportunidades a nuevos cineastas para dar sus primeros pasos, como el propio Francis o Martin Scorsese.
Si la persona en cuestión mostraba aptitudes para el cine, primero trabajaba en un rol menor y luego pasaba a dirigir. A Coppola se lo trajo como técnico para sonido en un proyecto que se rodó en varios países, incluyendo Irlanda. Al completar el rodaje allí, Corman vio que sobraban unos 22.000 dólares de los 165.000 dólares iniciales del presupuesto. Tras descartar usarlos él directamente para dirigir otra película de manera express, se los ofreció a Francis para hacer su primera película, un intento de explotar el éxito slasher violento de Psicosis.
A toda prisa en Irlanda
Así el joven director se encontraba en Irlanda sin guion y con una secretaria designada por Corman para asistirle en la producción. Coppola se dedicó entonces a escribir un guión, trabajando prácticamente sin descanso durante tres frenéticos días y noches. Una vez obtenido el guion completo de Demencia 13, intentó explorar como sacar el máximo partido de su presupuesto, aunque vio que era insuficiente.
Coppola entonces procedió a quedar con otros productores, entre ellos Raymond Stross, un británico interesado en el violento y oscuro film que le proponían. Impresionado tras una reunión, el productor accedió a ofrecer otros 20.000 dólares para el presupuesto a cambio de los derechos de distribución en Inglaterra, y permitió el uso de estudios Ardmore de Dublín que eran parcialmente propiedad suya. Eso sí, Francis operó a espaldas de Corman, y le pidió a su productor que le ingresase los 22.000 dólares prometidos en su cuenta personal para evitar que se echase atrás.
Es uno de los directores más prestigiosos de la historia, pero un ataque de nervios, un conflicto de agenda y un asesinato provocaron la peor decisión de su carreraCoppola rodó la película durante los nueve días que acordó con Corman originalmente para la película. Sin embargo, realizó algunas localizaciones adicionales en el país durante un par de días, con lo que se excedió ligeramente del calendario previsto, aunque consiguió terminarla en tiempo récord y sin gastar de más. Demencia 13 se estrenó poco después, en septiembre de 1963, siendo originalmente ignorada por los críticos. Aun así, consiguió ser un éxito comercial, superando su presupuesto, y con el tiempo se ha visto como clave en su carrera por cómo muestra la violencia en pantalla, que alcanzó un nuevo nivel en El Padrino.
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