El romance se convirtió en obsesión la segunda vez que Isabel Coixet leyó Un amor. La novela de Sara Mesa provocó algo poco habitual en la cineasta. "Son esas cosas que luego las formulas", cuenta Coixet en SensaCine sobre qué le atrajo de la creación de la autora madrileña. "Me gustan todos sus libros, pero este me fascina. La segunda vez sentí esa cosa que tampoco he sentido tantas veces, y eso que he hecho tres adaptaciones. Decir: 'quiero hacer esto y quiero hacer esto'. Y ya está. Es como una obsesión".
La historia que sedujo a Coixet y que llega a los cines el 10 de noviembre es la de Nat, una traductora que decide dejar la ciudad y marcharse a un pueblo. Huyendo de su trabajo y su vida se adentra en un microcosmos lleno de microagresiones ejecutadas por los habitantes del lugar. También a una relación tóxica y sexual con Andreas -a quien todos llaman El Alemán- un hombre que le ofrece arreglar las goteras de su casa destartalada a cambio de acostarse con él.
Isabel Coixet acierta con 'Un amor': Una extraordinaria Laia Costa protagoniza la adaptación del libro de Sara Mesa | San Sebastián Día 4"Me identifiqué mucho con Nat", reconoce Coixet. "Es un personaje que… Yo he pasado por cosas así. Me han pasado cosas así. He reaccionado así. La entendía muy bien. Sé que ahora hay gente que la juzga y se colocan como en un rollo de superioridad moral que digo: ‘¿pero a esta gente no le ha pasado nada en la vida?".
Como añade:
Es muy curioso porque siempre me hace pensar que la gente siente que es un personaje que les pone entre la espada y la pared porque también les han pasado cosas, lo que pasa que no quieren reconocerlo, que es lo peor. Pero bueno, allá ellos
Nat, la protagonista de Un amor, es un personaje con el que puede ser difícil empatizar. Es sumisa en ocasiones, obsesiva otras veces y errática en ciertos momentos. "Porque somos idiotas", responde Coixet a la pregunta de por qué juzgamos a Nat. "Es incómodo ver que hay agresiones que no quieres ver. También hay mujeres que dicen: 'No, a mí nunca me ha pasado nada en la vida, no entiendo a estas mujeres que denuncian…'. Pues qué suerte. Dónde has vivido porque yo, evidentemente soy una mujer mayor, me ha pasado toda la gama. Quizá hay una parte de ellos que no quieren aceptar".
ABRIR PUERTAS AL DESEO FEMENINO
Coixet, que lleva ya más de tres décadas dirigiendo, tiene instinto para saber qué actor o actriz es idóneo para cada personaje. "Todos los actores fueron mi primera opción, pero yo he hecho 15 películas, por lo que veo las cosas. No necesito a nadie que me proponga", señala. Para Nat se decantó por Laia Costa, con quien ya había trabajado en la serie Foodie Love y es "una actriz extraordinaria y una persona extraordinaria". Para Andreas por Hovik Keuchkerian. Hugo Silva, Ingrid García-Jonsson y Luis Bermejo completan el reparto principal.
Los encuentros sexuales entre los personajes de Costa y Keuchkerian son clave en Un amor. Para él no es más que eso, sexo. Para ella son algo más. "El sexo es parte de la vida y era una parte importante de esta película", cuenta Coixet.
Como continúa:
Es verdad que cada una de las escenas es como abrir una puerta que se abre cada vez otra cosa. Cada una de ellas está puesta en escena de una manera diferente. Ella va teniendo, cada vez, más contradicciones y se va abriendo a un lado diferente del deseo
Para la primera vez en la cama de los personajes, la cineasta tuvo como referencia el cuento Cat Person del New Yorker escrito por Kristen Roupenian y del que se ha hecho recientemente una película. "Es esa cosa del desdoblamiento del que habla el personaje de Cat Person, de estar en la cama con alguien y de repente decir: 'no quiero estar aquí, pero ya es tarde para volver'. Y te ves a ti misma con eso. No estás presente. El sexo, se supone, es el momento que deberías estar más presente y, en cambio, no lo estás".
A partir de ahí, después de que ese primer encuentro despierte algo en Nat y cuando el sexo entre los dos se convierte en otra cosa, Coixet quiso "abrir puertas del deseo femenino".
LA REACCIÓN A 'UN AMOR'
Un amor se presentó en la Sección Oficial del Festival de Cine de San Sebastián y Keuchkerian se alzó con la Concha de Plata a Mejor interpretación. A Coixet le sorprende que la reacción del público sea juzgar a la protagonista. "Me hace gracia el juicio, el juzgar, que es justamente lo que le pasa a Nat. Estás juzgando a un personaje al que están juzgando todos en la peli. ¿No te das cuenta que eres parte de ellos también?", pregunta.
Pero lo que de verdad sorprende a Coixet es que nadie le pregunte por la actriz que aparece al inicio de Un amor. Se trata de Azata Soro y es un añadido de la directora a la historia de Mesa:
Todo el mundo se llena la boca con los refugiados y nadie me ha preguntado quién es Azata Soro, quién es la mujer que interpreta el papel de la refugiada y que cuenta una historia real, que es la historia de algo que le pasó a su familia
Lo que lleva a Nat a huir de su vida en la ciudad está enfrascado en los primeros minutos de Un amor. La protagonista es traductora de refugiados y no puede más con la responsabilidad de llevar encima el destino de la vida de una persona. "Conozco a muchas traductoras, a gente que ha trabajado en el Tribunal de la Haya, que ha tenido que traducir testimonios de gente acusada, de gente que ha cometido crímenes de guerra. También a víctimas o a personas en tribunales de mediación que otorga el estatuto de refugiados", explica Coixet.
"Siempre me ha impresionado mucho esa obsesión con la precisión de las palabras porque, si no traduces algo bien, igual esa persona... es que depende de ello su vida. Y gente que está día tras día escuchando historias horrorosas", afirma. Esto se combinó con la historia de Soro, una actriz y directora burkinés refugiada en Francia. Cuando estaba trabajando en una película, el director intentó abusar de ella. Soro se resistió y él le cortó la mejilla. "Me sorprende que nadie me preguntó por ella, que todos asuman que es una refugiada y que a nadie le interesa. Esto me alucina", concluye.
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