Eres de Gorka o de Cabano. De Edward o de Jacob. Del Sevilla o del Betis. Y de Jennifer o de Angelina. Sí, cuando aquella pareja que nos hacía suspirar se fue al garete para que uno de sus integrantes formase otra que removería los cimientos de la cultura pop, Brangelina, el mundo tembló. Después de siete años de relación, Brad Pitt y Jennifer Aniston daban por finalizado su matrimonio entre rumores de infidelidad por parte de él con su compañera de reparto en Sr. y Sra. Smith, Angelina Jolie.
Finalmente, los intérpretes formaron una pareja que duró casi 10 años. Sin embargo, y a pesar de la familia tan bonita que crearon juntos, todo comenzó a hacer aguas y el cuento de hadas con boda en un castillo francés de ensueño incluido se esfumó. Y entre terribles sufrimientos además. El divorcio de los actores no ha sido un proceso sencillo.
Brad Pitt es ese tipo de persona a la que el tiempo parece hacerle favores, pasen los años que pasen, como ya comprobamos en la pasada edición de Wimbledon. Quizás por eso, por su belleza atemporal, casi incorruptible, le perdonemos cosas que no se nos pasan por el alto en el caso de otras caras conocidas, como podría ser el de su compañero Leonardo DiCaprio, sobre el que tenemos claro cristalino eso de que pasa de tener relaciones, del tipo que sean, con chicas que superen los 25 años. Y no, no nos gusta.
Ahora es el protagonista de Babylon el que sale con alguien a quien dobla la edad y es que desde diciembre del año pasado se le relaciona con Inés de Ramón, una empresaria de 31 años de orígenes españoles que estuvo casada con uno de los protagonistas de Crónicas Vampíricas, Paul Wesley.
La vicepresidenta de Anita Ko, una marca de joyas con sede en Los Ángeles, nació en Nueva Jersey, pero sus raíces están en Madrid, un detalle que le hace dominar el español a la perfección. Además, habla otros cinco idiomas. La joven disfrutó de su formación académica desde la adolescencia en Ginebra, donde terminó por graduarse en Administración de Empresa y tras lo que comenzó a trabajar para la casa de subastas Christie's. En 2019 se casó con Paul Wesley, del que se separó en 2022.
Al parecer, esta nueva pareja bien avenida se conoció a través de unos amigos y desde finales del año pasado no es extraño verlos juntos en actos públicos. La última ocasión ha sido la Gala LACMA de Gucci en Los Ángeles.
No obstante, Inés de Ramón no ha sido la única mujer que ha ocupado el corazón de Brad Pitt desde su ruptura con Angelina Jolie, sino que al menos gracias a la revista People estamos de otras tres:
Neri Oxman
Wikipedia
En 2018 se le vinculó con la profesora de el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT, Neri Oxman. En declaraciones que hizo una fuente cercana a la revista estadounidense, al parecer Brad Pitt valora en parte las parejas que le reten a nivel intelectual, de las que pueda aprender a nutrirse, algo que le ha enseñado su amistad con George Clooney, casado desde hacer unos años con la abogada experta en Derechos Humanos Amal Clooney.
Y sí, Neri Oxman se parece mucho a Angelina Jolie.
Nicole Poturalski
Durante el verano de 2020 el prota de Érase una vez en Hollywood estuvo saliendo de forma casual con la modelo, con la que ya se le vio flirtear el año previo, lo que nos lleva a pensar también que su relación con la profesora del MIT no duró demasiado.
Sin embargo, todo apunta a que nunca se trató de algo serio, como indicaba, y es que qué cansancio ser famoso también y que te cuelguen todo el tiempo el sambenito de tener pareja cuando a lo mejor lo que hay es solo una amistad con derecho a lo que se quiera tener derecho.
Emily Ratajkowski
Sin haber superado aún esos besuqueos rarísimos que compartió con Harry Styles en Japón este mismo años, estoy en disposición de decirte que según recoge People, la modelo, actriz y escritora también compartió un tiempo en 2022 con Brad Pitt. Al parecer, de acuerdo a las fuentes de la publicación, Emrata tiene algunas cualidades que el actor valora, como la conversación, un discurso articulado y mucha química. No obstante, todo quedó en un vaivén que seguro ambos disfrutaron.
Y entonces llegó Inés de Ramón. Y vuelta a empezar.
