El restaurante mexicano cuyo socio quiso desenmascarar 'Pesadilla en la cocina': del ratón muerto a las graves acusaciones contra el programa
Alicia P. Ferreirós
Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

El negocio siguió abierto casi siete años más después de la visita del chef, pero acabó cerrando definitivamente en 2019

Antena 3

Fue uno de los primeros restaurantes a los que Alberto Chicote acudió al rescate en Pesadilla en la cocina y sin duda uno de los más recordados: El último agave, un negocio de comida mexicana situado en el distrito del Eixample en Barcelona que acabó como el rosario de la aurora con el programa de Antena 3 varios años después de la visita del chef.

Sin embargo, al margen de la sonada polémica que tendría lugar a partir de las graves acusaciones de uno de sus socios en 2018, el programa dedicado a El último agave es especialmente popular entre los espectadores de Pesadilla en la cocina por otros motivos: el primer lugar el famoso ratón muerto que Chicote encontró en el lavavajillas del restaurante y, en segundo, el comportamiento de una de las propietarias del local, Cristina, que incluso llegó a ser parodiada por la cómica Ana Morgade en Zapeando.

Antena 3

El restaurante mexicano fue el protagonista del cuarto episodio de la primera temporada de Pesadilla en la cocina y emitido en noviembre de 2012, aunque a lo largo de los años ha sido objeto de numerosas reposiciones. En él, el popular chef se dirigía a la ciudad condal para tratar de reflotar un negocio que habían puesto en marcha tres socios y que hacía aguas por la mala organización y la mala relación entres sus propietarios. "Me he tomado dos tequilas y voy con un pedo que te cagas, tengo unas ganas de vomitar", exclamaba sin ninguna vergüenza una de las propietarias, Cristina, ante un Chicote que no daba crédito.

En su visita al restaurante, Alberto Chicote no tardó en darse cuenta de que el principal problema de El último agave era la desorganización y la falta de estabilidad económica a la que había llegado, que les impedía contar con personal cualificado en sus cocinas. Además, la relación entre los socios no era buena, con una de ellas, Cristina, manteniendo comportamientos bastante desagradables ante los ojos de los clientes, y la higiene y la limpieza brillaban por su ausencia. "¡¿Qué es esto??! ¡Hay un ratón dentro del lavavajillas!", exclamaba Chicote durante su visita a la cocina. "Vacía el local ahora mismo".

Tras cerrar el episodio con buen rollo, nueva carta y una renovación del local, El último agave salió adelante durante varios años y de hecho volvió a ser revisitado por Chicote en la tercera temporada como parte de su primer '¿Qué fue de...?', aunque entonces Roberto, el principal preocupado en sacar adelante el negocio, ya se había marchado.

"Participar en Pesadilla en la cocina se convirtió en la pesadilla de mi vida"

Años después, Roberto de la Rosa fue uno de los participantes que, indignado con Pesadilla en la cocina, lanzó graves acusaciones al programa en una entrevista con El Mundo que dio mucho que hablar: "Participar en Pesadilla en la cocina se convirtió en la pesadilla de mi vida", sentenciaba Roberto, seis años después de la emisión del programa, explicando que tres o cuatro meses después tuvo que marcharse por las deudas y que la relación con sus socios fue a peor. "Mi futuro en la hostelería está más que escrito, llevaré siempre el estigma de haber salido en este programa", lamentaba.

Según Roberto, en el programa estaba todo preparado y no había lugar para la improvisación, además de que trataban de generar un "ambiente de crispación" y también les acusó directamente de montaje: "Su departamento de arte tuvo esta ocurrencia. Me dijeron: 'Sólo tienes dos opciones, o la comida podrida o el ratón para que lo encuentre Alberto'. Y elegí el ratón. [...] Me arrepiento no se imaginan cuánto. He sido el tonto útil de Chicote".

Sin embargo, Pesadilla en la cocina lo desmintió y, de hecho, Alberto Chicote lo recordaba 10 años después como lo peor que había visto nunca durante su experiencia en el programa durante una entrevista en el programa La Roca: "Un ratón que me encontré en el lavavajillas de El último Ágave, parecía un fósil. Yo no había visto algo así en la vida".

A pesar ser uno de los programas más polémicos, El último agave aguantó abierto casi siete años más después de la visita del chef, pero acabó cerrando definitivamente en 2019.

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