¿Mueren alguna vez las franquicias? La tendencia en la actualidad es la de: si algo da dinero, hay que estirar el chicle hasta que agonice. Ha pasado con sagas que ya dimos por enterradas hace décadas y sigue ocurriendo con aquellas que, aunque en las últimas etapas de vida, siguen expandiéndose. Hace ocho años se cerró la historia de Los juegos del hambre en la gran pantalla. Tras cuatro películas, la Katniss Everdeen de Jennifer Lawrence y su rebelión en Panem decían adiós a la gran pantalla. O eso parecía. En un universo en el que hay cabida para explorar cada rincón hasta la saciedad, la escritora Suzanne Collins, la creadora de este mundo, publicó en 2020 una precuela literaria sobre uno de los personajes clave de la saga: el presidente Snow. Ahora ese libro es una película.
Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes llega a los cines el 17 de noviembre. Dirige Francis Lawrence, el mismo detrás de tres de las cuatro entregas de la saga original, y no hay rastro de Lawrence. Obvio, pues el relato se ambienta décadas antes de que Katniss Everdeen se la jugara al Capitolio. Tom Blyth lidera el filme en el papel de un joven Coriolanus Snow y Rachel Zegler da vida a Lucy Gray Baird, tributo del Distrito 12.
Además de contar cómo el presidente Snow se convirtió en alguien que apuntaba maneras a ser el tiránico líder de Panem, la precuela se centra en su trabajo como mentor de Lucy Gray en los décimos Juegos del Hambre y en las consecuencias de sus acciones en este evento. En el elenco del filme también están Peter Dinklage, Viola Davis, Jason Schwartzman y Hunter Schafer. Todos están perfectos en sus interpretaciones, pero Davis y Schwartzman -que son los que lo tenían más difícil- aprueban con matrícula de honor en sus estrafalarios papeles.
UNA DE LAS MEJORES SAGAS DISTÓPICAS
Lionsgate
Sorprendentemente, Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes tiene algo que decir y aportar dentro de este universo distópico. La película es una grata sorpresa que profundiza en el detrás de las cámaras del evento que da nombre al filme. Vivimos otros Juegos del hambre más, sí, pero lo hacemos desde el lado de las clases altas de Panem. Con esto, además, se profundiza en la psicología de Snow y comprendemos un poco más su personalidad en la historia protagonizada por Katniss Everdeen.
‘Balada de pájaros cantores y serpientes’: lo nuevo de ‘Los Juegos del Hambre’ (en cines el 17 de noviembre) gustará a fans de la saga y recién llegados por igualDividida en tres partes, las dos primeras construyen una gran película mostrando los preparativos de la décima edición de Los Juegos del Hambre y estos últimos en sí. La creación de Collins, aunque a muchos les pese por estar dirigida a un público descrito como "jóvenes adultos" -"YA (Young Adult)" en inglés-, es una de las sagas distópicas más interesantes: ¿un evento que es un Gran Hermano letal y que hace que el público se quede pegado a la pantalla ansiando el morbo de ver una auténtica carnicería y que, además, es un invento de las clases altas para que no se rebelen? Lo tiene todo para ser una premisa tremendamente atractiva.
Pese a dos partes muy bien construidas en las que Lawrence maneja muy bien el suspense, la tensión, la crudeza y el peligro unido a la adictiva inteligencia de Snow para solucionar problemas que se le presentan como mentor, Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes decae y se alarga hasta las casi tres horas en su tercera parte en la que se estudian las consecuencias de las decisiones del protagonista. El futuro líder de Panem vive entonces su momento 'coming-of-age', pero el relato pierde fuerza después de toda la acción ocurrida antes y la historia se torna en un romance imposible.
Lionsgate
La solución para evitar la larga duración de película habría sido dividir el libro de Collins en dos partes, pero ¿quién iba a querer ver por separado esta recta final? Se entiende la estrategia de alargar el metraje hasta encajonar el desenlace del libro en lugar de hacer una secuela. También se agradece la labor de que, pese a lo poco interesante, se tomen su tiempo para profundizar en ella. Lamentablemente, aunque es inevitable contarlo, es la peor parte del filme.
Pese a este aspecto negativo, Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes hará las delicias de los fans de la saga y de aquellos que no lo son porque no tienes que ver la saga original para disfrutar de ella. La precuela es una grata sorpresa haciendo que la saga distócica -una de las mejores del cine- no decaiga expandiendo su universo.
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