Con Monstruos S.A, Pixar sabía que se la estaba jugando. Tras un éxito rotundo (Toy Story), uno más liviano (Bichos) y la secuela de su éxito, estaba en tela de juicio: ¿Todo lo que sabían hacer eran historias sobre juguetes que cobran vida o había algo más en su interior? De hecho, todo vino, una vez más, de Toy Story: tras un pase privado de la película en el estudio, todos fueron a decirle a Pete Docter que estaban convencidos, de pequeños, de que sus juguetes se movían cuando nadie miraba. "Bueno", pensó Docter, "Yo estaba seguro al cien por cien de que había monstruos dentro de mi armario".
Deja eso donde estaba o te vas a enterar
Monstruos S.A se convirtió en el mayor éxito de Pixar hasta ese momento (y aún está en su top 10) y empezó a crear algo que en el mundo se ha conocido como "la teoría Pixar" que une todos los mundos entre sí. Es rocambolesca y absurda, pero si prestas atención a las webs que le dan pábulo empiezas a ver ciertas uniones. Eso sí, hay algo que no es ni siquiera una teoría, sino la pura verdad: Monstruos S.A y Toy Story están absolutamente unidas.
¿Recuerdas ese monstruo que sale de una habitación y entra a la fábrica desesperado porque no podía asustar al niño que estaba detrás? Bueno, no es de extrañar: lo poco que podemos ver de la habitación es un póster de Paul Bunyan, un mítico leñador gigantesco que habitaba en el folclore estadounidense. Ahora bien, ¿quién tenía ese mismo póster colgado de la misma manera en su habitación?
Exacto: Sid, el malo de Toy Story aficionado a quemar y deformar a sus juguetes. Hay aún más que añadir a esta teoría: también es el antagonista de los números 3 y 4 de la serie de cómics de Monstruos S.A: Laugh Factory. Cierto, hay una cosa en contra de todo esto: el monstruo dice que tras la puerta hay una niña de seis años, pero, ¿francamente? Preferimos hacer como que lo hemos oído. Las buenas teorías hay que dejar que crezcan.