Puede que vivamos en la época de los presupuestos inflados y todo nos sorprenda, pero para todas las innovaciones visuales que trajo Star Wars, que su primera película costara tan solo 11 millones de dólares es para poner un altar en honor a George Lucas. Y es que todos los trucos visuales de los que hizo gala influenciaron a generaciones y generaciones de directores (sobre todo después del bombazo que mantuvo la cinta durante años proyectándose sin parar en algunas salas). Aún ahora nos preguntamos "¿Cómo lo hicieron?".
A correr por Tatooine
En mi caso, siempre fue el Landspeeder de Luke, que flotaba por Tatooine volando aquí y allá. ¿Cómo era posible? Antes del CGI y con un presupuesto tan bajo, ¿cómo demonios consiguieron ese efecto en la recién fundada ILM? No se trató, como en otros casos, de una fotografía con control de movimiento, que en aquel entonces era una novedad y se estaba utilizando como prueba, sino una solución mucho más práctica.
Si el speeder no vuela, haremos que vuele. Lucas y su equipo le pusieron ruedas y motor a la maqueta de la nave, y las cubrieron con... espejos. Sí, espejos. De esta manera, el coche podía "volar" por el desierto dando el efecto perfecto. Claro que los bordes se notaban de cerca y los espejos se ensuciaban, pero a la distancia en la que se rodaba era prácticamente imposible darse cuenta y, para evitar que el mago mostrara el truco, los suavizaron con vaselina. El resultado, impecable.
El resultado final fue el Óscar a mejores efectos visuales, que acompañó a los otros seis que ganó aquella noche. No consiguió, eso sí, el de mejor película, que fue para Annie Hall. ¿Alguien se imagina El ascenso de Skywalker nominada en los Óscar? Quizá poniendo espejos debajo de las naves y quitando el CGI...