Es una de las anécdotas más famosas de la historia: el muchacho que, vestido de Stormtrooper, se pega un cabezazo contra una puerta que baja en Star Wars. Incluso Jango Fett lo repetiría años después en El ataque de los clones, como guiño a esa persona desconocida. Curiosamente hay dos personas que han defendido ser el stormtrooper del coscorrón: el fallecido Michael Leader y Laurie Goode, que sugirió que en realidad se dio el cabezazo porque quería ir al baño y se despistó. Sin embargo, puede haber otra opción: ¿Y si, simplemente, no veía nada?
Que pongan un agujero
La prueba no es que no acierten al disparar, o que se tropiecen con las puertas, sino una frase que Mark Hamill dijo durante el rodaje de Star Wars, episodio IV: Una nueva esperanza y acabó quedándose para los restos. Más concretamente, cuando Han Solo, Luke Skywalker y la Princesa Leia se visten de stormtroopers para pasar desapercibidos. Hamill, una vez estaba seguro de que las cámaras estaban rodando, musitó "No veo nada con este casco". Mitad realidad, mitad gracieta para el equipo.
Y es que sabía que la escena tendría un redoblaje seguro, porque las condiciones de sonido del set no eran las adecuadas y habría que meter música y efectos de todas maneras. Pero a George Lucas le gustó tanto que insistió en que la dijera en cada plano, convirtiéndola en nueva frase del guion. De hecho, Hamill, efectivamente, acabó redoblando su propia improvisación más adelante.
Por otro lado, es una práctica de lo más común en Hollywood. Cuando se dice que un actor improvisó su escena, lo que suele significar normalmente es que improvisó durante un plano, gustó y se añadió en el guion para sucesivas tomas. Es muy raro que un actor improvise sin parar sin desquiciar al equipo, salvo que sea un huracán como Robin Williams. Pero eso ya son palabras mayores.