Corría el año 1978 cuando Steven Spielberg, quien en aquel momento comenzaba a despuntar como cineasta y acababa de estrenar su famosa película de ciencia ficción Encuentros en la tercera fase, le dijo a American Cinematographer que quería hacer un musical. Fue la primera de otras tantas ocasiones en las que verbalizó su deseo y, de hecho, mientras estaba manos a la obra con En busca del arca perdida, comenzó a trabajar en el que hubiera sido el primero: una película inspirada en sí mismo sobre un director nobel queriendo hacer su debut con un musical de ciencia ficción.
Tal y como recogía un interesante reportaje de The Ringer con motivo del estreno del remake de West Side Story, hubo una época en la que el cineasta hablaba a menudo de aquello y fantaseó varias veces con diversos proyectos, con Hook estando a punto de ser uno. "Todavía tengo un loco deseo de hacer un musical convencional", admitió Spielberg en una entrevista con Premiere en 1997.
Sin embargo, el director no lograría su propósito hasta 2021, 43 años después de haber formulado su deseo, año en que estrenó su aplaudida versión de la memorable West Side Story. "Siempre hay un hada en la oreja de Steven queriendo que convierta las cosas en musicales", contaba su asistente para The Ringer. "Desde el día que le conocí siempre ha hablado de ello de forma intermitente: 'Realmente quiero hacer un musical. Oh Dios, quiero hacer un musical".
Por ello, West Side Story, aunque no es su película más querida ni tampoco la mejor, sí es una de las más especiales. Además, el filme protagonizado por Rachel Zegler y Ansel Elgort como María y Tony, respectivamente, fue objeto de grandes elogios por parte de público y crítica e incluso también considerado como uno de los mejores musicales de todos los tiempos.
Estrenada en 2021, un año después de lo previsto a consecuencia de la pandemia de la Covid-19, la película fue una de las películas estrella de su año y una de las grandes favoritas de los premios Oscar, pero, a pesar de ser considerada también como la mejor película de Spielberg en los últimos 15 años, económicamente resultó ser uno de los mayores fracasos económicos de su carrera.
No eran buenos tiempos para el cine y West Side Story, que había costado 100 millones de dólares, apenas logró recaudar 76 en taquilla. Según se dijo, el punto de rentabilidad se había situado en 300 millones, por lo que el largometraje supuso pérdidas de más de 200 millones de dólares. Una mala noticia para una película excelente que tiene una puntuación prácticamente perfecta en Rotten Tomatoes.