No es nada habitual que un director de cine en imagen real se pase a la animación. Y, sin embargo, en España ya tenemos dos casos populares. El primero es el de Fernando Trueba, que ya cuenta con dos largos de animación (Chico y Rita y Dispararon al pianista) y el segundo es el que nos ocupa. Se trata del siempre interesante Pablo Berger que, a la postre, ha acabado dirigiendo su mejor película. Y no solo eso: Robot Dreams es una película excepcional. Maravillosa.
A Robot Dreams no le hace falta ni una sola línea de diálogo para derretir el corazón de todos los espectadores. Y no es una película infantil, aunque también la puedan ver los niños. Robot Dreams es una de las historias de amistad más profundas y conmovedoras del año, y está protagonizada por un robot y un perro.
El perro es un tipo solitario y necesita amigos. Un día, lo encuentra en un robot. Sin embargo, por vicisitudes de la vida, otro día sus destinos se separan. No contaré nada porque el resto serían spoilers, pero créanme cuando les digo que es una de esas historias que te dejan con el corazón calentito, aunque sin ser complacientes ni con finales felices forzados.
Do you remember the 21st night of September?
El apartado artístico de Robot Dreams es, sencillamente, excepcional. El cuidado con el que se ha retratado el Nueva York de la década de los ochenta es abrumador, con una variedad de personajes que abruma y sorprende. Julián Larrauri, director de producción de Robot Dreams declara, en una pieza en exclusiva que te ofrece SensaCine, que el rodaje de la cinta ha durado entre cuatro y cinco años, un proyecto gigantesco en el que han participado más de 100 personas y para el que se ha creado un estudio en exclusiva.
“Una vez que estuvo todo listo llegó el momento de materializar el sueño” afirma Larrauri. “Tuvimos que organizar un equipo enorme de diseñadores que hicieron un trabajo excepcional: tuvieron que hacer una jungla entera de animales que poblaban una Nueva York de los años ochenta que diseñamos hasta el último de sus rinconcitos. Y luego organizar a todo un equipo de animadores que dieron alma a la película".
Un proyecto titánico para un director de producción que cuenta, en su currículum, películas como Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, de la cual se siente muy orgulloso. Para esta nueva obra no tiene más que buenas palabras: “Robot Dreams es uno de los proyectos más interesantes de mi carrera” afirma. Y reflexiona acerca del cine de animación: “Se nota como poco a poco la animación va cogiendo peso dentro de la industria audiovisual y que la animación no es simplemente el cine infantil, sino que puede llegar a ser mucho, mucho más”
A Pablo Berger lo conocemos por tener una de las proyecciones más insólitas de nuestro cine. Se estrenaba con el corto de culto Mamá en 1988 y luego debutó con una insólita comedia que abordaba la industria del cine erótico español de la transición, Torremolinos 73. 9 años más tarde se descolgó con una película muda y en blanco y negro, una adaptación de Blancanieves con el trasfondo de la tauromaquia. Y cinco años más tarde volvía a sorprender con la fabulosa Abracadabra, una extravagante comedia absurda, de las que se ven pocas en nuestro país, con dos fabulosos actores: Antonio de la Torre y Maribel Verdú.
Ahora, tras su exitoso paso en Cannes, en Sitges y en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, llega a los cines la que es, sin duda, una de las mejores películas de este año, sean o no de animación. Una en la que recuperar la fe en las historias bonitas y con corazón, que se miran en referentes como Chaplin o Jacques Tati y que emocionan con trazos minimalistas y limpios. No se la pierdan el próximo 6 de diciembre. Háganse ese regalo de Navidad.