Steven Spielberg es siempre una de las personas más ocupadas de todo Hollywood. Cuando no dirige una de sus películas, está mirando guiones para futuros proyectos, o esta asesorando a un compañero director para algo en lo que está trabajando. Su adicción al trabajo le permite estar en un rodaje mientras supervisa la post-producción de otro gran proyecto, motivo por el cuál hay años donde estrena dos películas, como en 1993.
Sin embargo, tras esa dupla increíble de La lista de Schindler y Jurassic Park (Parque Jurásico), Spielberg entró en un largo periodo de sequía como director. Realmente se tomó un descanso de tres años de estar en la silla de dirección, pero no por ello estuvo descansando del todo. Si acaso, entró de lleno en la época más atareada de su vida y de su carrera en Hollywood.
Un trabajador multitarea
"He practicado la multitarea toda mi vida" explicó Spielberg en su biografía sobre su manera de trabajar. "Llevo haciendo esto el tiempo suficiente para saber cómo trabajo mejor. Cuando me centro en un proyecto en exclusión de todo lo demás, pierdo mi objetividad". Aun así, dejar a un lado la dirección fue necesario para meterse en el proyecto más ambicioso de su carrera: abrir un gran estudio de cine. Algo que no muchos directores han intentado hacer, y pocos han salido exitosos.
Así se metió en DreamWorks SKG, una compañía multimedia donde se asoció con Jeffrey Katzenberg y David Geffen para tener más independencia para realizar películas, además de ofrecer una plataforma a otros cineastas para trabajar con libertad. Un estudio innovador del siglo XXI que abarcase todas las formas de imágenes en movimiento en un "campus" de alta tecnología. Aun así, tenían que enfrentarse a los tradicionales escollos a los que se enfrenta un estudio tradicional, con muchas distracciones que hicieron imposible que Spielberg probase suerte con otros proyectos.
Esta "distracción" le llenó de nuevas responsabilidades y le hizo toparse con un nuevo tipo de ansiedad, pero Spielberg es la clase de trabajador que se crece en las situaciones más caóticas. Una vez DreamWorks empezó a echar el vuelo, su creatividad se disparó. Su gran regreso en 1997 se saldó con otra dupla de películas, Amistad y El mundo perdido: Jurassic Park. Son también dos de las películas más criticadas de su carrera, pero al menos regresó con ganas.
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