¿Te imaginas que una de esas ideas que se te ocurrieron cuando eras adolescente durante una tarde tonta de aburrimiento pudiesen cambiar tu carrera? ¿Te imaginas que rescatas un plan de tu yo de 16 años y, de repente, te hace millonario? No fue exactamente esto lo que le ocurrió a Luc Besson, pero el director francés se mantuvo fiel a sus ideas adolescentes y fue recompensado.
La cosa aquí es que El quinto elemento, una de las grandes películas de la ciencia ficción de este siglo, nació en la mente de un Besson de 16 años. El futuro director empezó a escribir el guion cuando era un adolescente para sacudirse el aburrimiento de encima. "Comencé a escribir a los 16 años y a filmar a los 30, así que tuve tiempo para pensar en ello", declaró Besson en una entrevista con Nerdist en 2017, aprovechando el 30 aniversario de la cinta.
Pero cuando comencé a escribir a los 16 años era más como una novela. No era una película en mi cabeza. Nunca pensé en hacer una película sobre ello
Curiosamente, la idea le vino mientras ayudaba a su hermana, que tenía 13 años en ese momento, con unos deberes sobre Platón. "Escribió sobre [los cinco elementos que se pensaba que comprendían toda la materia], ya sabes, el agua, la tierra, el fuego y el aire. Y el quinto elemento es el ser humano. Y lo leí y dije '¡Joder! Eso es exactamente lo que me falta'. Así que tengo que disculparme porque le robé a Platón", continúa el director.
10 años después, ya un poco más adulto, empezó a darle forma hasta que fue evolucionando a lo que todos conocemos. "Dije: '¿Sabes qué? Me encantaría hacer una película sobre eso'. Empecé a cambiar muchas cosas porque una novela es realmente diferente". El proyecto evolucionó mucho y pasó por numerosas etapas hasta que Besson consiguió que alguien le prestara atención.
La producción de la película no fue, ni mucho menos, sencilla. Se paró en diciembre de 1992 sin previo aviso y Besson pasó a gabar El profesional (León) (1994), que se le dio bastante mejor. Aún así, el director no se rindió con El quinto elemento. Decidió reducir el presupuesto de la producción para ver si conseguía un estudio y apareció Columbia Pictures. En agosto de 1995 comenzó el rodaje, ahora ya en serio.
Tras este esfuerzo titánico, las críticas se cebaron con su propuesta. "Las críticas fueron terribles y algunas cosas no funcionaron tanto al principio. Pero creo que el mayor placer para un director es ver que, 20 años después, tu película sigue viva y pasa de generación en generación. He visto, a lo largo de 20 años, a personas de 50 años descubrir la película y luego regalarle el DVD a un niño de 12 años. He visto todo eso y es simplemente asombroso", contó a Nerdist.