En un principio se llamaba Sam y era un pirata o un marine espacial, pero acabó convirtiéndose en Finn, un stormtrooper que decide huir del Imperio. Seguro que os suena: es la trama de Star Wars, Episodio VII: el despertar de la fuerza, que nos presentaba a un nuevo héroe interpretado por John Boyega (un papel que también intentó conseguir Tom Holland, por cierto). El actor ha tenido sus más y sus menos con el personaje, afirmando que estaba muy bien fuera de Star Wars, pero, al mismo tiempo, diciendo que no le importaría volver tarde o temprano. ¿Volveremos a ver a Finn en algún proyecto? Es más que posible.
Es el finn
Muchos criticaron que el Episodio VII tuviera un parecido, sobre todo estructural, con el Episodio IV, llegando a calificarlos casi como proyectos hermanos. Y no es que lo oculten: de hecho, en la propia película hay guiños ineludibles a la unión entre ambas películas. Por ejemplo, el número de stormtroper de Finn, FN-2187, es el mismo que el número de celda donde habían metido a la princesa Leia en Una nueva esperanza.
Pero aún hay más, porque ambos números son una referencia al cortometraje 21-87, de Arthur Lipsett, del que George Lucas es muy fan. De hecho, cuando lo vio por primera vez, afirmó que era el tipo de películas que quería hacer, y acabó rodando su propia versión, por así llamarlo, en THX 1138. Y hay un guiño aún más grande que, definitivamente, os va a sonar.
En 21-87 se dice "Mucha gente siente que en la contemplación de naturaleza y en la comunicación con otros seres vivos se vuelven conscientes de un tiempo de fuerza, o algo, tras esta máscara aparente que vemos enfrente de nosotros, y lo llaman Dios". Efectivamente: la Fuerza de Star Wars es, en realidad, un homenaje a Lipsett, que años después de su muerte alcanzó el mainstream que jamás buscó.