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    Un Tony Stark alcohólico: la idea que Marvel descartó para 'Iron Man'
    Pedro Gallego
    Pedro Gallego
    -Redactor de cine y series
    Periodista cultural con varios años de experiencia con especial interés en el cine y las series. Busca las mejores recomendaciones para ver en las diferentes plataformas de streaming.

    Realizar la película fue un reto complicado para los guionistas

    El formidable éxito sorpresa de Iron Man fue importante para los planes de Marvel Studios, que pudo empezar a forjar los cimientos de su Universo Cinematográfico. Un plan ambicioso que iba a conectar personajes y requerir varias películas a lo largo del año. Todo tenía que salir de fábula desde el comienzo, pero tuvieron que hacer varias apuestas fuertes y arriesgadas.

    Iron Man
    Iron Man
    Fecha de estreno 30 de abril de 2008 | 2h 06min
    Dirigida por Jon Favreau
    Con Robert Downey Jr., Terrence Howard, Gwyneth Paltrow
    Medios
    3,7
    Usuarios
    4,3
    Sensacine
    3,0
    Ver en Amazon Prime Video

    La primera fue contratar a Robert Downey Jr. para el papel de Iron Man y Tony Stark. El actor, que había sido calificado de enfant terrible que luego sucumbió a las adicciones, estaba en proceso de rehabilitación de su carrera con películas interesantes como Kiss Kiss Bang Bang. Pero su percepción pública todavía no era ni mínimamente parecida a lo que es hoy. Junto al director Jon Favreau fueron moldeando al personaje mediante un trabajo concienzudo.

    Marvel y sus productores al principio pensaron que sería buena idea recuperar una de las historias más reconocibles de los cómics de Iron Man, aprovechando el pasado problemático de su actor. En concreto, pensaron en El demonio en una botella, una serie de nueve entregas donde Tony Stark tiene dificultades con el alcoholismo, afectando a su vida personal y su trabajo como superhéroe. La historia habría recibido el tratamiento de otros clásicos sobre alcoholismo, como Días sin huella, lo cuál era arriesgado para arrancar un estudio de cine.

    Arrogancia, armas y problemas en una botella

    Fue un encargo que fue complicado de afrontar para varios de los guionistas que se entrevistaron para la tarea de escribir la película, teniendo que reflejar los demonios de Tony que aparecen en dichos cómics y al mismo tiempo lidiar con algunos aspectos que le hacían una figura problemática. Iron Man es, además de héroe, un fabricante de armas que era la cara de la industria armamentística, y la película iba a salir en un momento complicado para Estados Unidos en ese aspecto.

    "Estábamos en medio de dos guerras, Irak y Afganistán, y el vicepresidente [Dick Cheney] fue el CEO de una fabricante de armas" explica el guionista Matt Holloway en el libro MCU - The Reign of Marvel Studios. Con esos referentes en el mundo, hacer esta clase de protagonista era peliagudo. "Vamos a coger a ese tipo de hombre y convertirlo en un héroe. ¿Cómo lo hacemos?". Teniendo entre manos este problema, Kevin Feige y compañía decidieron descartar la parte del alcoholismo.

    "Pensaron que estaba loco por poner el futuro de la compañía en manos de un adicto": Robert Downey Jr. no era la opción segura para liderar el UCM

    En lugar, para no disolver a Tony Stark en sus problemas más oscuros, Marvel y los cineastas decidieron centrarse en el legado familiar de Stark y en su propia arrogancia. Definiendo bien ese arco, y a través de un buen trabajo de improvisación entre Downey y Favreau, el personaje tenía la frescura suficiente para ser convincente, y la película a su alrededor estuvo lo bastante trabajada para aterrizar de pie. A partir de ahí, se pudo andar con buen pie.

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