Arnold Schwarzenegger siempre será recordado por haber sido ese hombre que se reinventó varias veces a lo largo de su vida y triunfó. Fue culturista, estrella de Hollywood y gobernador de California. Ha vivido tres vidas en una y siempre de manera victoriosa, pero, a sus 76 años, también ha sufrido fracasos.
En el terreno cinematográfico -que es lo que nos interesa- ha protagonizado algunas de las sagas más populares, como son Terminator o Depredador. Llegó a ellas cuando aún estaba abriéndose camino como actor y resultó que era un acierto absoluto. Es imposible separar a Schwarzenegger del T-800. Para mí, que crecí en los 90 alejada de su lado más violento, es, en cambio, el actor de maravillas como Poli de guardería (1990) o El último gran héroe (1993).
Hoy quiero destacar un título completamente diferente que supuso uno de los grandes fracasos de su carrera y que creo que merece más reconocimiento. El sexto día es una película de ciencia ficción sobre clonación y familia que por escaso margen consiguió recuperar lo invertido en ella. Schwarzenegger, que esperaba reinventar su carrera, sufrió una gran decepción.
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El sexto día se ambienta en un futuro cercano -ojo, el año 2015, que para los guionistas del 2000 debía de parecer muy lejano- donde la clonación ha avanzado mucho. La legislación permite reproducir órganos humanos y animales, pero un ser humano completo está completamente prohibido. Sin embargo, la corporación Replacement Technologies no tiene escrúpulos y está llevando a cabo clones de personas.
Schwarzenegger da vida a un piloto que es clonado de manera ilegal. Tras llegar a su casa después de un viaje, descubre que un clon le ha usurpado la identidad y se ha llevado con él toda su vida. Por supuesto, no se quedará parado e irá a por él para destapar una conspiración mucho mayor.
Una buena premisa que no está bien ejecutada, según los críticos de la época. La película fue muy mal recibida tras su estreno el 17 de noviembre del año 2000. Para la prensa especializada, está llena de clichés del género y repite una fórmula demasiado utilizada. Demasiado estándar, en definitiva. Aún así tuvo sus defensores y Roger Ebert, mítico crítico del Chicago Sun-Times, le dio 3/5 estrellas, señalando que, "si bien no está en la misma liga que Desafío total o Terminator" es una propuesta seria de ciencia ficción.
Sony Pictures invirtió 82 millones de dólares en ella y consiguió recaudar tan solo 96 millones. El mayor palo se lo llevó el protagonista, que llevaba tiempo queriendo cambiar de registro y exprimir su parte más interpretativa, pero lo que recibió a cambio fue una nominación a los Razzies. "Arnold quería actuar más. Quería reinventarse", decía el director Roger Spottiswoode en una entrevista con EW en el momento de su estreno. "Estaba preparado para trabajar en ello. De ninguna manera esta película podría tener el tipo de acción de Terminator o Mentiras arriesgadas".
Aunque El sexto día está lejos de las mejores películas del actor, personalmente me sigue pareciendo una cinta de ciencia ficción muy entretenida con algunos dilemas morales que hoy en día están muy presentes en la sociedad. Tampoco puedo evitar que me lleve en un viaje de nostalgia, ¿quizás estoy hipnotizada por todas las veces que la vi cuando era pequeña?