Fue uno de los actores más populares de los años 90 y aunque experimentó una mala racha cuando protagonizó un sonado escándalo tras ser detenido cuando se encontraba manteniendo relaciones sexuales en un coche con una prostituta, a Hugh Grant nunca le ha faltado el trabajo. Tras pasar la primera década de los 2000 protagonizando comedias románticas de mayor y menor éxito entre las que no podemos dejar de destacar Love Actually o El diario de Bridget Jones, el intérprete británico cambió de registro en la siguiente, de la mano de películas como El atlas de las nubes de las hermanas Wachowski, Paddington 2, The Gentlemen o las series Un escándalo muy inglés o The Undoing.
Sin embargo, aunque Hugh Grant es uno de los actores británicos más conocidos, lo cierto es que para él la interpretación no es su gran vocación y han sido varias las ocasiones en las que lo ha reconocido. En una entrevista con Elle en 2009 respondió tajante cuando la entrevistadora le preguntó si, de tener una nueva vida, hubiera hecho otra cosa: "Sí, casi cualquier otra cosa". Y aunque aseguraba sentirse orgulloso, no ocultaba no estar especialmente motivado: "Estoy bastante orgulloso de algunas de las películas que he hecho, pero menos por las actuaciones que por el hecho de que son sencillas y entretenidas. Estoy orgulloso de haber tomado decisiones sin pretensiones".
Además, que Hugh Grant es un poco gruñón y puede tener un carácter difícil nunca ha sido un secreto. En esa misma entrevista aseguró que muchas de las actrices con las que ha trabajado, como Julianne Moore, Drew Barrymore o Rachel Weisz, le detestan, y en 2012 el famoso presentador Jon Stewart aseguró que Grant había sido la peor persona a la que había entrevistado en toda su vida.
Así, aunque fue muy sonada en su momento, la incómoda entrevista que mantuvo con Ashley Graham en la Alfombra Roja de los Oscar no debió haber sorprendido a nadie. No es la primera vez que el actor inglés se comportaba como un antipático.
"Si no tienes ganas de estar ahí, vete a tu casa": Hugh Grant fue un antipático en los Oscar, pero las redes no perdonanAhora, Hugh Grant ha vuelto a mostrar su lado más gruñón en una reciente entrevista promocional de Wonka, la película sobre los orígenes de Willy Wonka protagonizada por Timothée Chalamet que acaba de llegar a las salas de cine y que también cuenta en su elenco con Olivia Colman y Keegan Michael-Key.
Poco le ha importado a Grant estar en plena promoción de la película: lo pasó mal interpretando a un Oompa Loompa en el filme y no se ha molestado en esconder que no le gustó la experiencia de prestar su rostro a un personaje mientras que su cuerpo era eliminado digitalmente para después crear el movimiento del personaje mediante motion capture. "Una chorrada", respondió cuando se le preguntó por lo que le había parecido la experiencia durante un encuentro con Metro UK y otros medios en una conferencia de prensa.
Fue como una corona de espinas, muy incómodo. Monté bastante escándalo con ello. No podía haberlo odiado más
Según el actor, no llegó a estar seguro en ningún momento de si "tenía que actuar con mi cuerpo o no" y nunca llegó a recibir "una respuesta satisfactoria" al respecto. "Francamente, lo que hice con mi cuerpo era terrible y ha sido todo reemplazado con un animador", admitió, añadiendo que realmente tampoco estaba satisfecho con el resultado final una vez había visto como quedaba. "Debería ser divertido, pero lo hizo el animador", aclaró.
Odio un poco [hacer películas], pero tengo muchos hijos y necesito dinero
Sin que a nadie le quedase muy claro cuánto había de broma y cuánto de real en sus declaraciones, Hugh Grant volvió a mostrar cierto desdén hacia su profesión en particular y hacia las nuevas tecnologías del cine en general, argumentando que con el CGI todo "es muy confuso". En cualquier caso, teniendo en cuenta que no es la primera vez que habla con tan poco orgullo y emoción sobre su trabajo, parece posible que, efectivamente, haya llegado a un punto en el que solo acepta papeles para ganarse la vida.