Durante años, puede que la imagen más icónica de la historia del cine fuera la de King Kong subido a lo alto del Empire State luchando contra los aviones y con Fay Wray en la mano. El cine-espectáculo fue avanzando a lo largo de las décadas, pero esta imagen, logotipo a su vez del festival de Sitges, es un símbolo que pocos otros pueden igualar. Pero si hay alguien capaz de hacerlo es, claro, Steven Spielberg.
Parque kongásico
¿Es el tiranosaurio rugiendo a la luz de la luna en Parque Jurásico una imagen que ha superado a la de King Kong? Si el director, que rodó esa escena en particular en los estudios de Warner, mientras que el resto del rodaje sucedió en la isla de Kaua'i, en Hawaii (donde la novela no ocurre, por cierto: Crichton la ambientó en Costa Rica y la República Dominicana), lo consiguió no fue, desde luego, sencillo. Y es que la lluvia mojaba tanto la piel de espuma de caucho del T-Rex que tenían que secarla entre tomas. De hecho, para colmo de problemas, un diente del dinosaurio acabó rompiéndose en el ataque a uno de los coches.
El resultado, eso sí, fue fantástico, y Spielberg se convirtió en un héroe del cine de monstruos a la altura de Merian C. Cooper, el autor de la King Kong original, a la que El Mundo Perdido hace un homenaje curiosísimo. Y es que, cuando vemos un barco transportando el T-Rex a San Diego, vemos, de fondo y entre la oscuridad, que se llama S.S.Venture, ¡el mismo que llevó al mono gigante a Nueva York!
Esto implicaría que Parque Jurásico vive en el mismo mundo que King Kong y, por lo tanto, que King Kong contra Godzilla (la original de 1962) y todas las películas modernas del Monsterverso. Ahora bien, dudamos que los bichos de Jurassic World alguna vez se deje caer por las historias de Legendary Pictures. Como fans, aprobamos el crossover más loco posible siempre, eso sí.