Las mejores películas bélicas siempre son las que consiguen crear una conexión muy profunda entre sus personajes. Salvar al soldado Ryan, 1917, Pearl Harbor... Todas ellas culminan -o arranca la acción- con una muerte que provoca lágrimas entre los espectadores. En esa línea, hace 40 años, un filme bélico destrozó hasta al tipo más duro. Su último fotograma te perseguirá hasta en sueños.
En 1982 se estrenó Gallipoli. Dirigida por Peter Wier, la película sigue a dos velocistas australianos que se alistan en la guerra y son enviados a luchar en la campaña de Galípoli en Turquía durante la Primera Guerra Mundial. Los dos personajes principales son Frank Dunne, a quien dio vida Mel Gibson, y Archy Hamilton, a quien interpretó Mark Lee.
Los protagonistas de Gallipoli son amigos y Weir utiliza una narración pausada para profundizar en su amistad y que el espectador entienda su fuerte conexión. De esta forma, el cineasta consigue que el impacto final sea muy duro.
Esta película bélica es desgarradora y asombró a todos con su plano secuencia, pero tiene trucoEn los últimos momentos de Gallipoli, Gibson es el mensajero durante una contienda y su amigo es un soldado a punto de cruzar las líneas enemigas. Cuando el primero recibe órdenes de que la operación va a ser un suicidio y hay que cancelarla, corre para entregar el mensaje. No obstante, no llega a tiempo y su amigo muere.
Esta película bélica es desgarradora y asombró a todos con su plano secuencia, pero tiene trucoLa imagen final, la del personaje de Gibson gritando sabiendo que su amigo no va a salir con vida porque no ha llegado a tiempo, seguida por la de Archy disparado, es una de las más tristes de la historia del cine.
Lamentablemente, Gallipoli no está disponible en ninguna plataforma de 'streaming'. Es un filme muy amado por la crítica y el público y ayudó a darle prestigio a la industria cinematográfica australiana. También fue clave a la hora de lanzar la carrera internacional de Gibson.
Si quieres estar al día y recibir los estrenos en tu email, apúntate a la Newsletter de SensaCine