Si Asha se encontrara con Blancanieves, no sabemos muy bien cómo iría el encuentro, pero lo que es seguro es que habría tal choque cultural que tendrían que hablar de un par de cosas para llegar al entendimiento. Ellas protagonizan la primera película de Disney, la archiconocida Blancanieves y los 7 enanitos, y la última, Wish: el poder de los deseos, que llegó a cines el pasado 24 de noviembre.
Entre una y otra han pasado muchas princesas. Cenicienta, Ariel, Mulán, Jazmín... Todas ellas han ido un paso adelante respecto a sus predecesoras y, además de entretener a múltiples generaciones, se han convertido en modelos a seguir de millones de niños a lo largo de todo el mundo. ¿Qué hemos podido aprender de cada una de ellas?
Para repasar la trayectoria de estos conocidos personajes hemos hablado con Ana Vicens Poveda, Doctora en Comunicación audiovisual y autora del libro Heroínas o princesas: la evolución de las protagonistas de Disney. Posiblemente sea la persona que ha observado con más detenimiento a las protagonistas de estas películas y ha llegado a conclusiones que posiblemente cambien tu manera de ver ciertos aspectos, al igual que nos ha pasado a nosotras.
Blancanieves, la pionera
Blancanieves fue la protagonista del primer largometraje de Disney, Blancanieves y los 7 enanitos -estrenada en 1937-. La película es una obra maestra y ella, icónica y un hito cinematográfico, pero si la revisamos desde nuestra mentalidad del siglo XXI, no podemos evitar verla como una mujer condicionada por su belleza, con una personalidad pasiva y con la tarea de agradar al hombre. No olvidemos que la primera vez que la vemos está limpiando las escaleras, algo que aparece en numerosas ocasiones a lo largo de la película.
"Marcó esa tendencia de las primeras princesas que son pasivas y la belleza es lo que hace avanzar la trama. La reina malvada quiere acabar con ella porque es guapa y joven y los enanos, cuando todos van a ver quién se ha colado en casa y llevan mazos, al abrirla dicen 'Ah, qué guapa es'. Se salva gracias a eso", dice Vicens. En contraposición está la madrastra, la villana, quien, casualmente, es una mujer que sabe de ciencias, tiene su propia biblioteca y realiza hechizos: "El concepto de la mujer estudiosa como algo negativo grente a la mujer pasiva".
Implanta también el "concepto de amor romántico y el beso romántico", algo que existía en el cuento de los hermanos Grimm. Las siguientes princesas, Cenicienta y Aurora, también se definen por su pasividad y belleza, y gracias a eso está el amor romántico y el ascenso social. "Blancanieves se estrena en el periodo de entre guerras en el que se está diciendo a las mujeres que deben volver a sus casas porque llegaban los hombres. De alguna manera, había que hacer que la mujer diera ocho pasos atrás y volviera al hogar", añade la doctora.
Ariel, la más peligrosa
Más de 50 años después se estrenó La sirenita (1989). Ariel, con su gran pelo rojo y sus ganas de explorar el mundo, se presenta como una mujer completamente diferente respecto a Blancanieves, pero si la analizamos desde el punto de vista feminista, hay cosas a tener en cuenta.
Hay un gran salto, pero, para mí, Ariel es uno de los personajes más peligrosos porque nos engaña. Nos da a entender que es una mujer activa e independiente, pero es de los más pasivos. Está en contra del sistema, está buscando tesoros y, de repente, conoce a un chico y vende su bien más preciado, que es su voz
Además de enamorarse de un chico en 3 segundos y echar a perder todos sus sueños, es un personaje que está más sexualizado de lo que nos creemos. "Estamos en el 89 y la estética de la mujer en Occidente había cambiado. Empezaba esa estética de mujer muy delgada, con una cinturita imposible y un pecho muy marcado", señala Vicens, "Varios artículos de la época decían: 'Las princesas se desnudan, las princesas se destapan'. Y no hay que olvidar que tiene 16 años".
Jazmín, la mas avanzada (pero para otros)
Tan solo tres años después, en 1992, se estrena Aladdín y conocemos a la primera princesa no caucásica del estudio. Una que, además, tiene personalidad propia, poder de decisión, es inteligente y sus intereses van más allá de encontrar el amor de un chico.
Para la doctora, es una de las princesas más interesantes, pero viene con truco: "Te habla de elementos feministas y se aleja de la cultura occidental para decir: 'Bueno, esto es un problema de otro sitio'. De hecho, Jazmín, Mulán y Pocahontas quizás sean los personajes más feministas, pero nos los presentan como un problema de otros. Es la idea de: 'Claro, Mulán tiene que luchar como mujer en la sociedad porque fíjate cómo son en China".
Jazmín, Mulán y Pocahontas incluso aportan valor a los hombres que las rodean. Mulán quiere salvar a su padre, Pocahontas le enseña a John Smith el poder de la naturaleza... Pero, como insiste Ana Vicens, todo eso sucede en otro lugar, fuera del mundo occidental.
Elsa y Anna, la nueva etapa
Con el estreno de Frozen en 2013 empieza una nueva etapa en el estudio. Ya había comenzado con Tiana, una princesa cuyo objetivo es abrir un negocio, y Rapunzel también era un personaje más activo y con otros objetivos; pero con Frozen llega el fenómeno de la fiebre helada. "Lo más interesante de Frozen es que hay dos personajes femeninos que tienen una relación positiva", remarca la autora, pero advierte.
Aún así es engañosa porque gran parte de la película son antagonistas. Anna está funcionando por su cuenta y Elsa es la mala, incluso llegan a luchar entre ellas. También, a pesar de superar el amor romántico, Anna se enamora de dos hombres en un periodo de 48 horas. Hay que matizarlo
A pesar de estos aspectos, es muy curioso que Disney juega con el imaginario colectivo que ha construido como empresa. Por ejemplo, cuando Anna tiene que buscar ese acto de amor verdadero, el espectador piensa en el beso con el chico, pero termina siendo el amor de su hermana.
Asha, la recién llegada
La última incorporación a este universo de princesas Disney es Asha, protagonista de Wish: el poder de los deseos. Es un personaje que tiene múltiples elementos interesantes. "Es un personaje femenino súper interesante porque tiene los elementos perfectos de los cuentos clásicos, pero está modernizado", cuenta Vicens.
Tenemos a una chica fuerte con un grupo de amigos muy estable. Tiene amigos y amigas, que al principio pensé '¡cuántos personajes!', pero es una historia de lucha contra la autoridad, entonces tiene sentido.
"El antagonista es un hombre, que ha pasado pocas veces, pues siempre son mujeres, pero aquí dan esa vuelta y enseguida vemos que, a pesar de ser un hombre admirado, es el malo. Y ella consigue luchar contra todos", apunta la doctora, además de añadir que la relación entre Asha y la reina es cordial y de apoyo mutuo, otra cosa muy interesante.
A pesar de que Asha aún tiene rasgos negativos desde el punto de vista feminista -tiene ese rasgo de Manic Pixie Dream Girl de mujer alocada y patosa-, que no dejan de ser arquetipos, "sí hay una evolución en el personaje y empieza como niña para convertirse en una mujer fuerte que lucha contra el sistema y anima a cumplir los sueños".
Asha es el último ladrillo de esta evolución que lleva construyéndose casi 100 años. "Es un concepto de mujer muy interesante y tengo muchas esperanzas en ver lo que sigue haciendo Disney", confiesa Vicens.