Una secuela que llegó varios años después de que la trilogía original terminase, que trajo de vuelta a sus protagonistas y a su directora original, y terminó causando revuelo y división de opiniones. Sea para criticarla con fervor o para defenderla firmemente, Matrix Resurrections no dejó a nadie indiferente gracias a su ambicioso enfoque y sus desafiantes ideas que reformulaban el universo que alucinó a tanta gente hace más de 20 años. Y podemos verla en HBO Max.
Fue una jugada arriesgada de Lana Wachowski, pero nos dio uno de los blockbusters más valientes e interesantes del año pasado, y quizá del último lustro. Con el retorno de Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss dio una nueva vida a los queridos personajes de Neo y Trinity cuando ya pocos lo esperaban, y expandió con ellos las ideas planteadas en la trilogía original, al mismo tiempo que lanzaba varios dardos a la forma en la que Hollywood actúa hoy día.
El comienzo de la película resulta algo confuso, pareciendo casi un remake de la escena inicial de la primera Matrix hasta que observamos que es deliberado. La vertiginosa secuencia va añadiendo cada vez más capas y sorpresas hasta transportarnos a Neo en su nueva realidad, donde es un desarrollador de videojuegos exitoso gracias su original idea sobre realidades virtuales... llamada precisamente The Matrix.
3 películas del 2021 de las que hablaremos durante décadasLa película se vuelve entonces un nuevo misterio. ¿Es entonces este el mismo Neo que conocimos hace tres películas? ¿Sucede esto en otro universo diferente y similar al nuestro donde Matrix es una propiedad conocida? La ambigüedad se mantiene al mismo tiempo que se suceden diferentes guiños a las anteriores películas, supuestamente escenas de los mencionados videojuegos.
Poco a poco se va revelando el verdadero juego de Wachowski y sus guionistas Aleksandar Hemon y David Mitchell. Cuando a Neo le encarga hacer un cuarto juego de Matrix para satisfacer a la compañía madre "Warner Brothers", se hacen interesantes paralelismos con cómo se ha dado lugar a la misma película, con demandas de superiores, amenazas de seguir adelante sin los creadores e interminables reuniones de "brainstorming" donde se muestra cómo todo el mundo percibe Matrix de manera diferente.
Lana, que por primera vez dirige sin la compañía de su hermana Lilly Wachowski, cuenta este proceso con sentido del humor, mientras realiza un juego psicológico donde Neo se cuestiona su realidad y la posibilidad de estar atrapado en una distorsión mental. Sin revelar mucho más, diremos que también vuelven a haber interesantes ideas sobre cómo el sistema actualiza sus mecanismos de control, cambiando el adormecimiento de las masas por la sobreestimulación que se ajusta más a los tiempos que vivimos.
La reformulación de los principios se nota también en la acción, que cambia los despliegues revolucionarios por unas secuencias de lucha más cercana, más íntima incluso, y deslumbrante a su manera con sus influencias de pinturas de claroscuros. Pero la clave de todo, que vuelve a Matrix Resurrections un regreso triunfal, es su manera de afrontar emocionalmente los regresos de Neo y Trinity, la importancia de su relación, y lo sanador de su regreso incluso aunque sea a la fuerza.
Lana Wachowski comentó que se negó continuamente a realizar una cuarta película de Matrix, incluso con la amenaza del estudio de seguir adelante sin ella y su hermana. Todo cambió tras la muerte de sus padres, al comprobar que volver a los personajes que se lo dieron todo era realmente reconfortante y sintió el impulso de devolverlos a la vida. Ese impulso emocional es uno de los elementos que vuelve a Matrix Resurrections una película tan completa y tan revolucionaria en el Hollywood actual, aunque su revolución sea distinta a la de hace 20 años.