Solo hacía seis años que Misión Imposible, la secuela de la serie original, había dejado de emitirse, y Brian De Palma ya había decidido hacer borrón y cuenta nueva. Una continuación, pero matando y cambiando todo lo que los fans conocían de una franquicia que llevaba en pie desde 1966. La idea era tan fuerte para la época, en unos años 90 poco acostumbrados a este tipo de ejercicios transmedia, que Peter Graves se negó a aparecer haciendo del traidor del grupo y le dio su parte a Jon Voight. Nunca se arrepintió de la decisión.
Misión: improbable
No fue el único actor que rechazó esta nueva visión de Misión imposible: Greg Morris, otro de los integrantes del equipo original, se marchó a mitad de película considerándola “una abominación”. El público no estuvo de acuerdo con él y 27 años después, en un 2023 repleto de sorpresas y decepciones en taquilla, se estrenó Misión Imposible: Sentencia Mortal - Parte 1, la séptima parte de la franquicia… que, por cierto, no tendrá nunca una parte 2 (representada en el título, claro) después del mal resultado.
Y no es que Tom Cruise no lo haya dado todo, desde tirarse por un precipicio hasta volar un puente y hacer caer un tren por el camino. Pero sus poderes incluso aún aumentado: durante la persecución en las calles de Francia, Ethan y Grace pasan al lado de un coche… que segundos después, cuando Paris pasa a su lado, ha desaparecido por completo. Toma misión imposible.
Paris, por cierto, es el otro personaje que las películas han heredado de la serie de televisión, aunque allí lo interpretaba Leonard Nimoy y era un miembro de la IMF que anteriormente se dedicó a la magia. Solo duró dos temporadas, pero suficientes para convertirse en un miembro más que recordado del equipo. Pom Klementieff volverá, por cierto, en la octava parte de la saga, y quizá allí tenga el mismo destino que su predecesor. Habrá que verlo, si estáis dispuestos a aceptar la misión.