A veces se nos hace cuesta arriba tolerar a las mujeres que saben lo que quieren y que tienen claro cómo conseguirlo, que son dueñas de sí misma. Ellos siempre son unos jefazos, mientras que nosotras somos unas mandonas, que en inglés suena mucho mejor, claro, "boss" o "bossy", dependiendo del género que se te haya asignado al nacer o con el que te identifiques. Y puede que ese sea uno de los motivos reales por los que la carrera meteórica de Shannen Doherty se vio resentida.
La actriz tuvo claro que se quería dedicar al "show business" desde que era muy pequeña, sin embargo, su madre se negó en rotundo cuando tras participar en una serie de representaciones teatrales de su iglesia, el director se lo dejó caer a la progenitora de la intérprete. No obstante, a veces es complicado detener al destino, ya que dos años más tarde y con unas fotos de por medio que llegaron a una agencia de publicidad, Doherty comenzó a protagonizar anuncios de vaqueros, comida rápida y juguetes. Solo tenía 10 años y ese fue el comienzo de su carrera.
Tal y como relatan en Vanity Fair, poco a poco fue recibiendo pequeños papeles hasta que llegó al cine en 1985 con la comedia Las chicas solo piensan en divertirse, donde comparte cartel con Helen Hunt y Sarah Jessica Parker.
Los éxitos prosiguieron en la vida de Shannen Doherty e incluso estuvo nominada en 1988 a dos Young Artist Awards, pero fue en 1990 cuando llegó su gran momento, cuando el productor Aaron Spelling, padre de Tori Spelling, le ofreció un papel en una de las series que marcaría el rumbo de la televisión estadounidense y de medio mundo: Sensación de vivir. El empresario resaltó que era una maravillosa actriz y en sus propias palabras que “Shannen ha vivido la mayor parte de su vida en Hollywood, conoce perfectamente el mundo de la televisión y sabe muy bien lo que quiere y cómo conseguirlo”, de acuerdo a lo que cita Vanity Fair.
Sin embargo, este "feeling" con el productor no fue eterno y su relación profesional se fue desgastando a la par que no paraban de salir rumores de que no terminaba de encajar con el resto de sus compañeros en el "set" de rodaje. A ello se le unió el odio que despertaba su personaje y tal fue la cosa que llegó a recibir amenazas de muerte.
La puntilla fue que en 1994 llegó a oídos de Spelling que Shannen Doherty tenía intención de hacer un posado para Playboy, algo que resultaba bastante chocante en el contexto de la época debido a los valores a los que se asociaba y que ensuciaría, por supuesto, la imagen de Sensación de vivir. El productor decidió hablar con ella y decirle que si seguí adelante se terminaría su relación profesional, a lo que ella contestó con seguridad según las palabras del empresario: “creí que eso la asustaría, pero me equivoqué. Me miró tranquilamente a los ojos y me contestó que ella era la estrella de la serie, que sin ella sería un fracaso y que seguiría haciendo lo que le diera la gana”.
No obstante, la cosa no queda ahí, ya que su paso por otra de las grandes series de su vida también fue polémico. Hablo de Embrujadas, esa producción de finales de los noventa que nos robó el corazón y que nos hizo soñar con que quizás nosotras también fuésemos descendientes de un linaje de brujas, solo que aún no se nos había sido desvelado aún.
En este caso, la actriz abandonó tras tres temporadas alegando que había demasiado drama en el plató y muy poca pasión por el trabajo. Desde luego, que lo de las cosas claras y el chocolate espeso la define bastante bien. Se dice, se comenta, que sobre todo tenía mal rollo con Alyssa Milano y de hecho hace unos días la compañera de ambas, Holly Marie Combs, ha confirmado que esta última pidió que despidieran a Doherty,
En lo personal, además de varios matrimonios fallidos, relaciones que pasaron deprisa y corriendo y denuncias por intentos de atropello, la actriz ha confesado hace poco en el programa de Kelly Clarkson que sigue estando abierta al amor.
Poco a poco todos estos hechos fueron sumando un ladrillo tras otro a la carrera de Shannen Doherty, que nunca ha vuelto a relucir con el esplendor de los 90 y comienzos de los 2000, aunque desde hace años la actriz está centrada en recuperarse de su cáncer de mama, que tras entrar en remisión y vivir un tiempo un poco más tranquila, volvió a la carga con una metástasis cerebral.