En 1996, un joven Billy Zane, con una amplia carrera como secundario a sus espaldas, tuvo por fin la oportunidad de una vida: protagonizar su propia saga superheroica. Es más: venció en el casting a dos favoritos de los fans como Bruce Campbell y Kevin Smith, ganó músculo y se preparó para la gloria, firmando para dos secuelas. Sin embargo, en los 90 aún estábamos lejos de que eso fuera sinónimo de éxito, y The Phantom se hundió con todo lo que tenía. Era el fin de su carrera. ¿O quizá no?
I'm becoming in-zane
Hay actores que jamás se recuperan de un batacazo como el de The Phantom porque fueron considerados veneno para la taquilla, pero Billy Zane tuvo la infinita suerte de que, justo al año siguiente, James Cameron dejara de lado al resto de sus opciones para ser los villanos de Titanic (Matthew McConaughey, Michael Biehn, Rob Lowe) y se decidiera por él para ser el secundario más odiado de mediados de los 90.
Sin embargo, no todo fue perfecto en su actuación -que le valió varias nominaciones-: hay un gazapo que no podemos pasar por alto. Cuando Cal, el novio de Rose, ve la imagen de su prometida desnuda dentro de una carpeta marrón, está tan enfadado que la rompe. La cosa es que la carpeta desaparece por completo de un plano a otro: ¡Del puro cabreo la ha volatilizado!
Zane nunca ha dejado de trabajar y hace entre dos y tres películas cada año, pero es cierto que la calidad de las mismas ha caído en picado. De hecho, quizá su papel más impactante haya sido en tres episodios de The Boys en los últimos años y poniendo la voz a Ansem en la saga de videojuegos Kingdom Hearts. Para lo que hemos quedado.