Si pensamos en los grandes héroes de acción de Hollywood, Jean Claude Van Damme es uno de los que lidera el grupo. Es posible que nunca haya llegado al nivel de Stallone o Schwarzenegger, pero su apertura de piernas y entrenamiento en artes marciales le hicieron famoso en todo el mundo.
El belga consiguió su primer éxito de taquilla con Street Fighter -una cinta que casi alcanzó 100 millones de dólares- y, tan solo un año después, volvió a triunfar con Timecop, policía en el tiempo. Dos buenos proyectos seguidos que llevaron al actor a pensar que ya se encontraba entre los grandes. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que se había arriesgado demasiado.
Según declaró él mismo en el 'reality show' Jean-Claude Van Damme: Behind Closed Doors, quiso recibir un salario mayor del que había recibido por sus primeros trabajos y al final perdió 36 millones de dólares.
"Quiero 20 millones de dólares como Jim Carrey"
Como recoge nuestra web hermana FilmStarts, su sueldo por Street Fighter: la última batalla había sido de unos 8 millones de dólares, una cifra significativamente mayor que la que había recibido por Timecop y, sin duda, todo un avance de lo que había ganado por Kickboxer o Doble impacto. Van Damme se sentía en la cresta de la ola y decidió rechazar una oferta para proyectos cinematográficos posteriores que él creía demasiado baja.
Recibí una gran oferta por un contrato para tres películas. Eran 12 millones de dólares por película. Dije: 'Quiero 20 millones de dólares como Jim Carrey' y me colgaron
El intérprete cuenta que había estado trabajando mucho cuando le llegó la oferta y prácticamente todo lo que hizo había tenido éxito, por lo que se veía con capacidad de negociar. "Hice una película tras otra y, entre las películas, hice publicidad. Estaba cansado. Todo lo que toqué generó dinero. A Jim Carrey le pagaban una fortuna, así que quería jugar un poco con el sistema. No se trataba principalmente de dinero".
Esto fue un punto de inflexión en su carrera y en la década siguiente el belga consiguió poca repercusión. Casi ninguno de sus proyectos posteriores tuvo el mismo éxito. La jugada le salió mal y, por intentar conseguir dinero, terminó perdiendo los 36 millones de dólares que podría haber ganado al decir que sí al acuerdo.