Cuando Steven Spielberg estrenó Jurassic Park en 1993 no era en absoluto ajeno a los 'blockbuster'. El cineasta ya tenía a sus espaldas nada más y nada menos que 30 años de carrera y grandes éxitos cinematográficos como Tiburón, Encuentros en la tercera fase, la saga Indiana Jones, E.T. El extraterrestre o Hook (El capitán Garfio), pero era imposible vaticinar el auténtico fenómeno que tenía entre manos.
La película, protagonizada por Sam Neill, Laura Dern, Jeff Goldblum y Richard Attenborough, entre otros, levantó auténtica pasión entre los espectadores de todas las generaciones y se convirtió en la película más taquillera de todos los tiempos -hasta el estreno de Titanic en 1997- con 914 millones de dólares recaudados. Pionera en el uso de tecnología digital, los efectos visuales de esta película marcaron un antes y un después y allanaron el camino de lo que vendría después. Además, treinta años después, su impacto en la cultura popular, desde su historia hasta la increíble banda sonora de John Williams pasando por varias citas y escenas inolvidables, es completamente innegable.
Aunque con el paso del tiempo se han hecho otras películas de dinosaurios, Jurassic Park sigue siendo el máximo referente del cine y, tras la primera película, se estrenarían nada más y nada menos que cinco secuelas, así como series, videojuegos, libros y todo tipo de merchandising. La última película, Jurassic World: Dominion, reunió en pantalla a los protagonistas de las nuevas películas con algunos de los personajes de la primera.
Pero a pesar de la enorme influencia de Jurassic Park no tanto en películas en particular -que también- como en el cine en general por todo lo que le aportó a nivel de desarrollo tecnológico, la innovadora película de Steven Spielberg bebe de otra que se había estrenado 17 años antes: Westworld, estrenada en España bajo el título Almas de metal.
Dirigida y escrita por el propio Michael Crichton, autor de la novela Parque Jurásico de la que la película de Spielberg es adaptación, Almas de metal también es la historia de un parque temático absolutamente innovador en la que todo salió mal. En la película, el escritor narraba la historia de un parque de atracciones dirigido a adultos en un tiempo futuro en el que la tecnología ha permitido el desarrollo de unos androides que apenas pueden distinguirse de los seres humanos. Los asistentes al elitista parque, cuyo acceso cuesta 1.000 dólares al día, pueden llevar a cabo cualquier tipo de fantasía con los androides, pero, como es de esperar, cuando la tecnología falla todos se ven en peligro.
La premisa de Almas de metal es la misma que luego haría posible la serie de ciencia ficción de HBO Westworld, creada por Jonathan Nolan y Lisa Joy, con gran éxito.
Aunque Jurassic Park es una historia distinta y no podemos decir que la una no hubiera sido posible sin la otra, lo cierto es que la película de 1993 bebe directamente del anterior trabajo del autor, puesto que Crichton quiso seguir explorando las posibilidades de parque temáticos que llevaban el desarrollo de la ciencia y la tecnología a otro nivel con resultados catastróficos con el libro de 1990. Y con ambos obtuvo un gran éxito.