Joe Johnston llevaba unos cuantos años detrás de dirigir una secuela de Parque Jurásico. Tenía una ventaja: era amigo personal de Steven Spielberg. Y, por fin, cuando el director decidió rechazar la tercera parte, supo a quién tenía que dársela. Originalmente, Michael Crichton, el novelista de las dos primeras entregas (que se adaptaron de aquella manera) decidió escribir el guion junto al propio Spielberg. Su idea inicial era la de un grupo de personas que se encontraban con el Doctor Grant durmiendo en un árbol dentro de una isla repleta de dinosaurios en la que se había escondido del mundo.
Mucho sombrero
Pero a Johnston no le convencía porque no entendía cómo era posible que Grant volviera a una isla así después de lo ocurrido en las dos primeras entregas... Y no le falta razón. Hubo varios guiones a posteriori: uno tenía que ver con adolescentes en la isla, que Johnston calificó como "un mal episodio de Friends", y otro con dinosaurios matando gente y convirtiéndose en un problema a escala mundial. Al final, guion tras guion, la misma duda quedaba en la cabeza de todos los implicados, pero especialmente de Sam Neill: ¿Por qué demonios iba a volver a una isla llena de dinosaurios?
Y así entramos en la escena en la que le prometen un buen montón de dinero a cambio de hacer de guía una última vez. Para convencerle, los Kirbys le convencen de que son millonarios. Pero hay algo que no está bien, y el espectador lo nota. De fondo, suena la canción Big hat, no cattle, compuesta por Randy Newman, que trata sobre mentir y hacerte pasar por quien no eres: "Gente que tiene tarjetas en las que pone "productor" o "CEO", ¿qué cuesta tener tarjetas impresas con lo que quieras? Nada".
"Nada" es lo que recaudó la película, por cierto, en relación a las dos anteriores. De hecho, aún ahora es el mayor topetazo de la franquicia y la hundió durante casi quince años, hasta que llegó el reboot con Jurassic World. Joe Johnston, tras unos años de inactividad, acabó dirigiendo Capitán América: el primer vengador y volviendo a las primeras ligas. Ni tan mal.