El 13 de octubre de 1972, un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya que habían alquilado un equipo de rugby uruguayo para volar desde Montevideo hasta Santiago de Chile se estrelló en la Cordillera de los Andes. De las 45 personas que viajaban a bordo, 29 pasajeros lograron sobrevivir al impacto, teniendo que hacer frente a una situación de supervivencia extrema: a 4.000 metros de altura, con temperaturas de 30 grados bajo cero y con los cuerpos de los muertos como único alimento posible. Tras 72 días en la montaña y una expedición de 10 días a pie llevada a cabo por dos de ellos, 16 pudieron salir con vida de la montaña.
Una historia tan increíble como real que, 50 años más tarde, se sigue recordando en todo el mundo, aunque ha vuelto a cobrar protagonismo con el reciente estreno de la película La sociedad de la nieve de J.A. Bayona, que acaba de ser nominada como Mejor película extranjera en la 96 edición de los Premios Oscar.
Aunque todos conocemos a rasgos generales lo que sucedió en la Tragedia de los Andes, la película del director español para Netflix, basada en el libro homónimo de Pablo Vierci, ha relatado con mimo y detalle el horror vivido tras el accidente, poniendo el foco, eso sí, en aquellos que no volvieron: los que perdieron la vida en aquella montaña.
De los 29 fallecidos, algunos murieron de forma instantánea en el accidente o durante la primera noche y los primeros días; otros a consecuencia del terrible alud que supultó el avión durante días y otros tras ver empeorado su estado de salud a lo largo de los más de dos meses que estuvieron perdidos en mitad de la nieve. Aunque La sociedad de la nieve presta atención a todos ellos y los nombra con nombre y apellidos, el "máximo representante", por llamarlo de alguna manera, de los que no volvieron siempre fue Numa Turcatti, fallecido apenas 10 días antes de que sus compañeros Nando Parrado y Roberto Canessa encontrasen ayuda. En la película, el actor uruguayo Enzo Vogrincic es el encargado de interpretarlo y sobre su figura cae el mayor peso de la trama.
La emotiva visita de Enzo Vogrincic a la casa de Numa Turcatti antes de interpretarle en 'La sociedad de la nieve'A parte de la de los 16 supervivientes que salieron con vida, la historia de Numa Turcatti, cuya muerte fue el detonante de la expedición final que hizo posible el rescate, es una de las más conocidas, así como la mala suerte que tuvieron los ocho que fallecieron a consecuencia del alud. Sin embargo, mucho menos conocida es la de Carlos Valeta, a pesar de ser una de las más tristes y descorazonadoras. El joven de 18 años viajaba en el avión junto al resto de pasajeros y, en el momento del accidente, cayó del avión. Sin embargo, Valeta no falleció al instante.
Tal y como han recordado varios de sus compañeros, una vez bajaron del fuselaje del avión tras el accidente, pudieron ver la figura de Carlos Valeta caminando y tambaleándose a lo lejos. Le llamaron y gritaron para que les situara y bajase hasta ellos, pero su figura dejó de ser visible de repente. Tampoco pudieron acercarse a él, puesto que la nieve les cubría por completo las piernas y no les dejó avanzar.
Así, aunque Carlos sobrevivió al golpe, el joven nunca pudo reunirse con el grupo y tuvo que morir solo. Nadie sabe durante cuanto tiempo.
El trágico momento de Carlos Valeta forma parte de La sociedad de la nieve e incluso llegó a rodar la escena en la que sus amigos le vieron para luego desaparecer, pero finalmente tuvieron que cortarla por falta de tiempo. No obstante, cuando Numa y otros se acercan al piloto tras el accidente, se puede oír a muchos de ellos llamando a Valeta, concretamente en el minuto 17 de la película.
Asimismo, el encargado de interpretar al personaje, Agustín Lain, ha compartido parte de la escena eliminada en sus redes sociales, revelando así que se rodó pero no fue incluida en el metraje final.
En ella podemos ver a Carlos Valeta tambaleándose mientras camina aturdido por la nieve.
Carlos Valeta, como Numa, era uno de los pasajeros que no formaba parte del equipo de rugby, pero que viajaba como amigo de alguno de ellos, concretamente de Gustavo Zerbino, junto a quien estudiaba Medicina.
Una triste historia, mucho más desconocida, que también ha encontrado su lugar, aunque sea pequeño, en la película de Bayona.