"Al final va a haber una implosión, o un gran colapso. Habrá una implosión en la que tres, cuatro o incluso media docena de películas de gran presupuesto se estrellarán contra el suelo, y eso cambiará el paradigma".
Así lo predijo Steven Spielberg en una inauguración de una escuela de cine a la que asistió junto a George Lucas y, diez años más tarde, no hay duda de que se ha cumplido. El 2023 ha sido un año en el que películas de gran presupuesto se han pegado importantes batacazos en taquilla y ha provocado grandes pérdidas en los estudios. Uno de los más recientes el de la última película del Universo Cinematográfico de Marvel, The Marvels, que es la película más cara de la franquicia fuera de la saga Vengadores pero también el peor estreno en taquilla. Con un presupuesto de 275 millones de euros, el filme de Nia Da Costa recaudó 206 millones.
De igual modo, la quinta entrega de la saga Indiana Jones, Indiana Jones y el dial del destino, no alcanzó el punto de rentabilidad con su recaudación de 384 millones en taquilla e igualmente le ocurrió a The Flash con sus 270 millones recaudados. El presupuesto de ambas películas superaba los 200 millones de dólares -en el caso de la protagonizada por Harrison Ford casi 300-. ¡Shazam! La furia de los dioses y Dragones y mazmorras también son buenos ejemplos.
El resumen: cada vez hay menos blockbusters y el éxito o fracaso de determinado título cada vez es más impredecible.
Aunque a menudo miramos a la crisis del Covid-19 y la entrada en juego del 'streaming' como grandes factores, las razones por las que ocurre pueden ser muchas o muy diversas y tienen que ver tanto con las películas que se producen como con el dinero que se gastan en ellas. Además, hace algún tiempo que las películas de Hollywood dejaron de tener tanto éxito en China y eso también se nota. De hecho, un reciente e interesante reportaje publicado por The New York Times refleja el cambio experimentado en este mercado y como a lo largo de los años las audiencias en el país asiático han pasado de adorar las películas de Hollywood y se sienten más atraídos por sus producciones propias.
New York Times
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Como se ve en el elaborado cuadro de The New York Times de acuerdo al top 10 de películas más vistas en China entre 2011 y 2023, las superproducciones americanas solían dominar los rankings de taquilla del país, con una especial predilección por las películas de acción y más aún si pertenecían a alguna franquicia. Un buen ejemplo la saga Transformers. Además, a lo largo de los años hemos tenido varios ejemplos de superproducciones que terminaron salvando la taquilla gracias a la acogida en China, después de haber experimentado malos resultados en el mercado estadounidense o en otros territorios, como ocurrió con Warcraft, Transporter o incluso Terminator.
En 2011, 2012 y 2014 las películas de Hollywood se impusieron en la taquilla china y su presencia siempre se mantuvo muy notable a lo largo de toda la década. Sin embargo, la tendencia cambia en absoluto a partir de 2020, coincidiendo con la crisis del Coronavirus. A partir de entonces, solo estrenos muy puntuales -Fast & Furious 9, Godzilla vs. Kong, Jurassic World: Dominion y Avatar 2- han conseguido colarse en el Top 10.
En 2023 ninguna película estadounidense se ha colado entre las 10 películas con más recaudación en China, a pesar de que han existido firmes candidatas como Misión: Imposible 7 o Fast X. Tampoco los grandes éxitos del año, como Barbie o Oppenheimer, que ni siquiera llegaron a estar entre los 30 según el proveedor de datos de taquilla Maoyan.
Al tiempo que las películas de Hollywood despiertan menos interés, la producción de largometrajes de mejor calidad en China ha tenido una excelente acogida que ha cambiado por completo el escenario. "Ahora les digo a las empresas americanas que esa mentalidad ya no es viable", explica Shi Chuan, el vicepresidente de Shangai Film Association, en declaraciones compartidas por New York Times al explicar que los estudios de Hollywood veían en China un mercado seguro".
En resumen, China no es la única culpable del descalabro de Hollywood pero el desinterés por sus películas contribuye a que lo sea.
