Los mundos y submundos de Hollywood son apasionantes. Yo vengo por aquí para soltar dos nombres: Deuxmoi y Crazy Days and Nights. Y como diría el gran personaje de Yolanda Ramos, Noemí Argüelles en Paquita Salas, digo pocas cosas pero yo creo que se me entiende.
El caso es que uno de esos mitos o leyendas urbanas que azotan las colinas más deseadas del planeta es uno que involucra a Gwyneth Paltrow y Winona Ryder, dos de las actrices con más proyección de los 90, que siguen siendo superestrellas a día de hoy y que fueron muy amigas precisamente en esa época. Y sí, hablo en pasado porque esa relación quedó atrás.
Las dos tenían muchas cosas en común: estaban viviendo un gran momento profesional, Paltrow después de sus papeles en Seven, Emma o Dos vidas en un instante y Ryder con los roles que protagonizó en Eduardo Manostijeras, Drácula de Bram Stoker, La edad de la inocencia o Alien: Resurrección.
Además de ser dos mujeres superexitosas, también eran iconos de estilo y las perfectas representantes del minimalismo noventero y para más inri, sus parejas de entonces eran mejores amigos. La primera salía con Ben Affleck, cuya relación valoró de forma pública el pasado año pasado, y la segunda con Matt Damon, ¡imagínate qué cenas!
Sin embargo, tal y como recoge el diario británico Daily Mirror, hubo algo que resquebrajó su amistad. Supuestamente. Y es que lo que se cuenta en las calles es que durante una visita a la casa de Winona en San Francisco, Paltrow le echó el ojillo sin querer queriendo a un guion y le encantó lo que vio, llevando la cosa al extremo de convencer a su representante para conseguirle un audición para el papel en cuestión, que era nada más y nada menos que el de Viola de Lesseps en Shakespeare in Love, una de las comedias románticas más icónicas de los 90.
Para llevarlo todo un pasito más allá, esta cinta terminó ganando siete Oscars en 1999, incluyendo Mejor Película y lo que es peor, o mejor, dependiendo de para quién, Mejor Actriz, un galardón que recayó, por supuesto en Gwyneth Paltrow.
¿Y ahora qué?, ¿qué te digo? Pues que según este rumor, esto fue lo que provocó que las dos actrices rompieran su relación de amistad. Y si de verdad sucedió así pues no de extrañar, porque teniendo amigas así desde luego que no hace falta contar con enemigos.
No obstante, a lo largo de los años Gwyneth Paltrow ha negado por activa y por pasiva que esto aconteciera así. De hecho, en 2015 en una aparición en el programa del estadounidense Howard Stern fue ella misma la que tildó esta historia de leyenda urbana diciendo además que juraba por Dios que no había sido así.
Sin embargo, la cosa no se quedó ahí, ya que en 2019, cuando ya estaba enfocada en su negocio de estilo de vida, Goop, escribió una "newsletter" titulada como "Evil tongue and living in negativity". Evil tongue (Lashon hara) es un término empleado en la religión judía para hablar de una persona o personas que precisamente se definen por esa negatividad y capacidad de hacer daño a los demás y a sí misma.
Por lo que sea, entre las líneas que escribió la actriz y empresaria se dejaba entrever que quizás estaba hablando de su examiga, Winona Ryder, ya que soltó perlitas sobre "una persona a la que le sucedió algo desafortunado y humillante", referenciando el arresto de la actriz tras haber robado en una tienda de Marc Jacobs a comienzos de los 2000. Por supuesto, también aparecía la palabra karma por ahí.
Yo qué te voy a decir... Que decidas en qué parte de la historia te quieres situar. Y aquí hay alguien que tiene toda la pinta de ser una grandísima villana a pesar de haber optado por el desemparejamiento consciente.