El proceso para sacar adelante una película es laborioso y lleno de concesiones. Ni siquiera la mayor estrella de cine del mundo se libra de tener que pasar años de conversaciones en despachos con ejecutivos para intentar convencerles de que tiene un éxito entre manos. Incluso cuando lo que tiene es un exitazo de taquilla, de Oscars y de enorme presencia en la cultura popular.
Ahora es un clásico indudable, pero Mel Gibson tuvo dificultades para conseguir financiación para hacer Braveheart. El épico film revolucionario iba a ser su siguiente película como director tras El hombre sin rostro, pero le costó convencer a los estudios de cine para hacerla como es debido. Incluso tuvo que aceptar condiciones que no estaban ni mucho menos previstas.
Durante el proceso llegó a hablar con Warner Bros para conseguir ese ansiado presupuesto, pero estos sólo estaban dispuestos a oírle hablar del tema si aceptaba hacer otra película de Arma letal. Gibson se siguió pateando todo Hollywood en búsqueda de esa luz verde para ponerse a rodar la historia de Willian Wallace, pero nadie estaba dispuesto a pasar por sus decisiones de casting.
Un casting imposible
El director se empeñó en que la película estuviera protagonizada por Jason Patric, ya que estaba muy próximo a la edad que el personaje tenía durante los hechos en los que se centra la película. Esto fue un escollo importante, porque los estudios no tenían tanta confianza en él y, sobre todo, porque querían que el propio Gibson fuera el protagonista.
Reto visual: pasa desapercibido, pero quien ve este gazapo de 'Braveheart' se sale por completo de la películaMel ya protagonizó su primera película como director, pero dada la escala que tenía Braveheart en cuanto a acción y épica, consideró más importante estar centrado en la labor tras las cámaras. Además, en ese momento Gibson ya tenía más de treinta años, más mayor que William Wallace en el momento de su muerte. Era una incongruencia que tuvo que aceptar a regañadientes para poder lograr su objetivo, consiguiendo el apoyo de 20th Century Fox y de Paramount y, finalmente, haciendo una de las películas más épicas de los noventa.
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