De la misma forma que hay días odias tu trabajo, los actores también lo hacen con algunas de sus películas. Y, en ocasiones, se ven obligados a hacerlas aunque no les apetezca. Es el caso de lo ocurrido entre Channing Tatum y G.I. Joe. El actor dio vida a Duke en dos entregas de la saga: G.I. Joe (2009) y G.I. Joe: La venganza. Y eso que rechazó el trabajo en más de una ocasión. "Pasé siete veces de la primera, pero tenía que hacer la película", afirmó el actor en Vanity Fair.
Como relató antes en el programa de Howard Stern, Tatum firmó un contrato a principios de su carrera como actor que, originalmente, parecía una buena noticia. No obstante, con el paso del tiempo, se convirtió en una pesadilla.
"Mira, Voy a ser sincero. Odio esa película. La odio. Me obligaron a hacerla. Desde Entrenador Carter, firmaron conmigo un contrato de tres películas... Te dan el contrato y dicen: 'Acuerdo para tres películas. Aquí tienes'. Y, como joven actor, piensas: 'Oh. Dios mío. Eso suena genial. ¡Lo hago!'. El tiempo pasa y consigues otros trabajos y estás construyendo tu cotización y tienes un trabajo que es tu sueño y quieres hacerlo. Y... el estudio te llama y te dice: 'Oye, tenemos una película para ti, te la mandamos'. Y te la mandan y es G.I. Joe".
Por lo tanto, Tatum cumplió con su obligación contractual haciendo G.I. Joe, pero de cara a la secuela rogó que lo mataran al principio de la historia. El intérprete reconoció en Vanity Fair que pidió que acabaran con su personaje en los 10 primeros minutos de G.I. Joe: La venganza. De esa forma evitaba seguir adelante con más proyectos de la franquicia.
Tatum contó en el programa de Stern que era fan de G.I. Joe desde niño, pero que el guion del filme no era bueno y que el personaje que a él verdaderamente le gustaba era Snake Eyes. "No quería hacer algo que, uno: era malo. Y, do:s no sabía si quería ser G.I. Joe".
Tatum estaba en lo cierto. La saga G.I. Joe es considerada una de las peores franquicias de acción de la historia. El filme de 2009 fue vapuleado por la crítica y solo recaudó más de 300 millones de dólares en todo el mundo. La secuela, con Dwayne Johnson, de nuevo obtuvo críticas negativas y sumó más de 375 millones de dólares en la taquilla global.
En 2021, la franquicia tuvo otro intento en la gran pantalla con Snake Eyes: El origen. El filme, dirigido por Robert Schwentke, contó con Henry Golding como protagonista y con Úrsula Corberó en el papel de la Baronesa. Solo recaudó unos 40 millones de dólares en todo el mundo.