Primero fue la película y después el musical. Steven Spielberg trasladó a la gran pantalla El color púrpura en 1985, una adaptación del libro de Alice Walker ganador del Pulitzer. El filme consiguió 11 nominaciones a los Oscar. Pasaron 18 años y la poderosa historia de Celie, una mujer afroamericana con una vida llena de abusos, se subió al escenario de Broadway. Allí, de 2007 a 2008, estuvo Fantasia Barrino en el papel protagonista. "No fue un momento divertido y no lo disfruté. No lo disfruté porque mi vida era como la de Celie. Demasiado", dice la actriz en SensaCine sobre su paso por Broadway.
Barrino, que ha contado en sus memorias los abusos y tragedias que ha sufrido en el pasado, se prometió entonces que no iba a volver a hacerlo otra vez. Pero entonces surgió la oportunidad de repetir como Celie en la gran pantalla con un reparto totalmente nuevo y en otra etapa de su vida. "Cuando me lo pidieron dudé mucho, pero me alegro de hacerlo", destaca.
Como añade:
Sabía que tenía que hacerlo por las nuevas generaciones, por las mujeres jóvenes
El color púrpura, la versión musical cinematográfica de la historia escrita por Walker, llega a los cines el 9 de febrero. Y lo hace con Barrino de nuevo como Celie y con una de sus protagonistas nominada al Oscar: Danielle Brooks podría hacerse con el galardón a Mejor actriz de reparto.
"Es muy raro que un actor haga el mismo personaje en dos medios diferentes", destaca Brooks, que interpretó a otro personaje, Sofia, en Broadway. La actriz recuerda que, allá por 2015, su versión del musical era una producción muy pequeña en la que tenían que utilizar mucho la imaginación: "Usábamos sábanas y las enrollamos y era el bebé".
Para Brooks, “cambió el juego” dar vida a su personaje en la película en la que, a diferencia de la obra, sí tenía un bebé real entre manos. "Era tan divertido estar en este mundo real y sentir todos los elementos a mi alrededor".
CONTRIBUIR AL CANON
Detrás de esta versión de El color púrpura está Blitz Bazawule. El director sabe que colocarse detrás de las cámaras del filme supone una gran responsabilidad. "Es un texto muy sagrado e importante. Ha sido una fuente de curación para mucha gente", afirma. "Para mí era muy muy importante que hiciéramos lo que hiciéramos, íbamos a contribuir activamente al canon de El color púrpura". ¿Cómo lo hizo? Metiendo al espectador en la cabeza de Celie. "La forma de conseguirlo, fue explorando el estado mental de Celie. Dar a Celie imaginación, darle poder y voluntad de la forma en la que, si no estuviésemos en su cabeza, nunca veríamos eso".
Bazawule quiso ser muy realista a la hora de representar el trauma:
En ocasiones, la gente que sufre trauma y abuso está constantemente mal categorizada como personas dóciles y que espera que las salven. Creo que eso es falso. Creo que, si estás dentro de la cabeza de esa persona, está constantemente intentando salir adelante de este trauma y abuso. Eso fue lo más importante
Esto también estuvo muy presente en la parte visual. "Normalmente, cuando ves películas de época, están desaturadas y en tonos sepias. Decimos superar esas fotos que pasan de los 100 años y meternos en ese mundo porque esa gente vivía en color", explica. "Era muy importante que esta versión de El color púrpura tuviera un tono visual que fuera muy seductor. Era importante mostrar la felicidad y el dolor. Ninguna persona sufre solo dolor", señala. "Era muy importante para mí que nuestra historia no fuera sobre trauma y dolor, sino también sobre alegría y aspiración".
UNA SEGUNDA OPORTUNIDA
El color púrpura es la prueba de que existen las segundas oportunidades. Taraji P. Henson, que interpreta a la cantante Shug Avery, también pudo ser una más del elenco en repetir en el filme tras su paso por Broadway. "Antes de la película iba a interpretar a Shug en Broadway, pero lo rechacé porque no creía que mi voz pudiese trabajar ocho 'shows' a la semana", cuenta la intérprete, que reconoce que cantar fue un reto para ella. "Gracias a Dios, Shug volvió de la forma en la que podía darle lo mejor de mí y eso era en esta película porque vas al estudio, grabas la música, y haces 'playback' en el set".
Shug es un personaje clave en la vida de Celie porque es quien, de alguna forma, le abre los ojos al mundo y le muestra que hay vida más allá de los abusos y maltratos que sufre en casa por parte de su marido. "La química es clave en cualquier colaboración en una película", destaca Henson sobre su trabajo junto a Barrino.
Como añade:
Tiene que haber química y de eso teníamos dentro y fuera de la pantalla. Soy gran fan de ella. Eso no era difícil. Teníamos química, era en plan: 'Ahora, pongámoslo en estos personajes'. Yo hice mis deberes. Ella hizo sus deberes
También debuta en el mundo de El color púrpura Corey Hawkins, que se mete en la piel de Harpo Johnson. "Llegué a él con los ojos bien abiertos, que creo que así es como Harpo ve muchas cosas", cuenta. "Ha sido testigo del trauma, ha sido víctima del abuso, ha visto abuso y sigue encontrando la forma de encontrar valor, alegría y sonreír. Y encuentra eso con Sofia".
Al igual que con todos los demás, es como si este proyecto fuese el destino de Hawkins. "He hecho esta película con alguien que es una de mis mejores amigas", dice sobre Brooks. "Todos estos años después, era nuestro destino estar sentados aquí. Nuestros pasados se alinearon de la forma que tenían que hacerlo".
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