Todos relacionamos Ferrari con el lujo, la elegancia y la opulencia. Así la levantó Enzo Ferrari, el empresario nacido en Módena en 1898, un poco a su imagen y semejanza. Ante las cámaras, era ese hombre carismático y con plena confianza en sí mismo que, oculto tras unas gafas de sol, decía justo lo que pensaba. En su vida personal, en cambio, era mucho más vulnerable. Esa es la parte que cuenta la nueva película de Michael Mann, Ferrari, que llega a los cines este viernes 9 de febrero.
"Era consciente de la imagen de Ferrari y, en público y ante la prensa, actuaba como alguien carismático que tenía el control y que se escondía detrás de sus gafas, todo tenía una función. Detrás de las cámaras, en la versión que hacemos de él, era un buen administrador y manager de personas talentosas", señala Adam Driver, el actor encargado de darle vida en este 'biopic', en una entrevista con SensaCine.
Lo que me gustaba de él es que, de alguna manera, interpretaba un papel, así que podía esconderme detrás de eso
La cinta de Mann se ambienta en 1957, en un momento delicado para la empresa y el propio Enzo. Él y su esposa Laura se encuentran en pleno proceso de duelo tras la muerte de su hijo -Alfredo, fallecido a causa de una distrofia muscular de duchenne- un año antes. Mientras tanto, el empresario mantiene una doble vida con Lina, con quien tiene un hijo ilegítimo que la madre quiere reconocer como Ferrari a toda costa.
La escudería atraviesa una crisis financiera que les obliga a fusionarse con otra empresa. Por otro lado, el objetivo del equipo es centrarse en la Mille Miglia, una carrera de resistencia que, contra todo pronóstico, se convertirá en el episodio más trágico de la historia de la empresa.
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Tres décadas esperando a ver la película hecha realidad
Michael Mann llevaba 30 años luchando por rodar Ferrari. Se podría decir que el comienzo de su periplo de Mann fue en 1993, pero la realidad es que lleva desde sus años de estudiante de cine en la década de los 60 soñando con los vehículos de la compañía. La semilla se plantó un día que salió del metro de Londres y vio ante sus ojos un Ferrari 275 GTB de cuatro levas. "Era una escultura tan hermosa y sensual que conmovía. Fue simplemente esta integración de velocidad de rendimiento y pura belleza", declaró a Variety.
Inconscientemente, pensábamos en lo importante que era para él porque él fue muy tenaz para conseguir hacerlo, pero eso se pierde en las minucias de un set de rodaje. No es algo que tengamos siempre presente en nuestras cabezas. Esa es mi experiencia. Haces tus escenas y te olvidas de que si la lías no solo haces fracasar la película, sino que haces fracasar el sueño de alguien
"Definitivamente, es especial", dice Penélope Cruz ante la pregunta de si cambia el modo de trabajo cuando estás cumpliendo el sueño de alguien. "Aprendes de su conocimiento en cada departamento y de su increíble ojo, de cuánto ama actuar y cuánto quiere a los actores. No importa si estás ahí solo durante un día o una línea, él te da la misma cantidad de atención real. Creo que es alguien del que puedes aprender muchas cosas", añade la actriz, que da vida a la esposa de Ferrari, sobre la experiencia del director.
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La visión de Mann no ha sido tanto la de engrandecer la figura del fundador de la escudería como la de escarbar en su verdadero yo. El director ha puesto el foco en cómo vivió Ferrari la profunda crisis profesional y personal que atravesó en la década de los 50, más que en contar los hechos de una manera objetiva. De hecho, las dos grandes mujeres de su vida, Laura -su primera mujer- y Lina -que comenzó siendo su amante y después fue fundamental para él- son lo que impulsan la historia.
"Lina era la que le mantenía con los pies en la tierra. Era el lugar al que él podía llegar, respirar profundamente y ser una versión de sí mismo que, creo que en otras áreas de su vida, no tenía permiso para ser o él no se daba permiso para ser así", explica Shailene Woodley (Lina), "Creo que ella realmente le vio y que le amó incondicionalmente. Luchó por las cosas que eran importantes para Enzo y Piero, pero, aparte de esas cosas, ella no pedía mucho a Enzo además de ser exactamente quién era".
En un mundo en que todo el mundo tenía expectativas sobre él, [la tranquilidad de Lina] probablemente era una experiencia muy liberadora
Adentrarse en la vida matrimonial de Enzo no ha sido tarea fácil. Cruz tuvo que hacer "mucha investigación" para conocerles más allá de su imagen pública. Habló con gente que estuvo con ellos y llegó hasta su médico, un amigo de la familia que les veía todas las semanas. "Así es como llegué a estas cartas de amor que se escribieron y él tenía las copias de esas cartas. Me dio mucha información sobre los detalles de su relación y de su profundo amor, profundo dolor y resentimiento", dice Cruz.
Cruz, Woodley y Driver han tenido que dar forma a unos personajes que no saben cómo fueron exactamente en la vida real. Ante la presión por ser Ferrari, el actor respondió de la manera más sencilla y eficaz posible: se basó en la esencia y lo hizo suyo. "A veces, lo que encuentro al interpretar a gente que fue real es que te quedas atrapado en el 'haría esto o no lo haría' y un personaje puede ser engañoso. La gente se comporta fuera de su personaje todo el tiempo. Creo que hay que tomar detalles de su vida que abren la imaginación y no centrarse tanto en algo realmente sólido y si hay algo de ellos que la gente sabe que es un hecho, pero que se entromete en tu camino, intento no pensar mucho en ellas", desvela.
Ferrari se estrena en cines el 9 de febrero.
