Aunque a Chris Pratt le de rabia, todos salimos de Guardianes de la Galaxia pensando en el mismo personaje: un mapache contestón cargado con metralletas y muy mala leche. Mapache Cohete (no os dejéis engañar por ese "Rocket" que le han puesto en las películas) nació en las páginas del número 7 de Marvel Preview allá por 1976... Y treinta años después, tan solo había salido en diez tebeos, convirtiéndose en un personaje francamente infrautilizado. Y entonces, en 2007, entró a formar parte de los Guardianes de la Galaxia. El resto ya os lo conocéis de sobra.
¡Caranchoa!
Las modas son así: siete años después de su estreno en los cómics y coincidiendo con el estreno de Guardianes de la Galaxia en cines, Marvel decidió lanzar una serie creada por Skottie Young donde Cohete fue el único protagonista: el primer mes vendió 300.000 ejemplares, que, para los estándares del mundo del cómic actual, es una auténtica barbaridad. Había nacido una estrella, y James Gunn no dudó en darle más papel en la segunda parte (e incluso convertirle en el protagonista en el volumen 3).
Si te quedas al final de la primera secuela, por cierto, hay un pequeño guiño que va más allá de las escenas postcréditos habituales. En los títulos de crédito, cerca del final, podemos ver un letrero que indica "Ningún mapache o árbol fue dañado durante la realización de esta película. No se puede decir lo mismo de los cuidadores de dichos mapaches o árboles". Sabiendo que muy pocos se iban a quedar a leer estos avisos finales, Gunn decidió tirarse un triple. Y encestó, como siempre.
No es la primera vez que en Hollywood se bromea con esos anuncios obligatorios de los títulos de crédito. Por ejemplo, en Los pingüinos del señor Poper se añadía un "Ningún pingüino fue dañado haciendo esta película. Jim Carrey, por otro lado, fue mordido sin perdón. Pero se lo merecía". A veces merece la pena quedarse sentado en la sala y leerlo todo, definitivamente.