Sus películas aún se cuentan con los dedos de las manos, pero el cineasta Andrew Haigh ha conseguido sorprender con cada una de ellas. Tras recibir los elogios unánimes por parte de la crítica en Weekend, 45 años -por la que recibiría un mayor reconocimiento-, más recientemente, Lean On Pete, Andrew Haigh se ha consagrado con Desconocidos, una película que toma como punto de partida una novela japonesa de los años 80 y que se ha convertido en su proyecto más personal.
Con una puntuación prácticamente perfecta, Desconocidos consigue mantener una puntuación de 96% en Rotten Tomatoes con más de 230 valoraciones -y subiendo-, por parte de la crítica, lo que es un claro reflejo de su excelente acogida. No obstante, ni el filme ni ninguno de los miembros del equipo ha sido nominado en ninguna de las categorías de los próximos Premios Oscar.
En Desconocidos, Haigh combina la fantasía con el drama familiar y una tierna historia de amor, dando lugar a una historia de fantasmas muy peculiar en la que hay duelo, nostalgia, traumas del pasado y miedo a la soledad. Su protagonista es Adam (Andrew Scott), un escritor de mediana edad que se encuentra en crisis creativa mientras trata de contar la historia de su infancia y que vive solo en un solitario y aislado edificio de apartamentos en Londres. Un día, Adam visita la casa en la que creció y descubre que allí le esperan sus padres (Claire Foy y Jamie Bell), quienes fallecieron cuando él era solo un niño y conservan exactamente el mismo aspecto.
Al tiempo que las visitas de Adam comienzan a hacerse más frecuentes, el escritor deja entrar en su vida a un solitario vecino llamado Harry (Paul Mescal), con quien acaba protagonizando una historia de amor.
A pesar de tratarse de una adaptación, Andrew Haigh no ha dudado en describir Desconocidos como su película más personal. El director británico ha encontrado en la historia una vía para abordar algo que le interesaba desde hacía tiempo: "Quería explorar y expresar lo que siento por cierta generación de hombres homosexuales, básicamente mi generación. He querido hacer esto por un tiempo, pero nunca pude encontrar la historia adecuada para hacerlo", explica en una entrevista con Time. "Contarlo en forma de esta extraña historia de fantasmas sobre, esencialmente, lo que nos atormenta, parecía la manera perfecta de explorar cierta generación de personas y lo que nos sucedió en los años 80 y 90. Conectar eso con una historia sobre el duelo y sobre la necesidad de reconectarse con los padres era esta ósmosis perfecta".
"Sabía que para que esta película funcionara, tenía que dedicarme a ella a un nivel muy personal", contaría también en una entrevista con New York Times. "Muchas de las cosas de las que hablan y los recuerdos que Adam tiene de niño son mis recuerdos".
"Volver a encontrarte con tus padres y que tengan la misma edad que tú es una idea fascinante": Al habla Andrew Haigh, director de la magnífica 'Desconocidos'Además, Andrew Haigh tomó la decisión de rodar en la casa de sus padres, el lugar en el que creció cuando era niño. Así, el hogar en el que se desarrollan las escenas en las que Adam interactúa con su padre y su madre y tienen todas esas conversaciones que en su día les arrebató un accidente de tráfico, se rodaron en un lugar muy especial para el cineasta, lo que le permitió que la película fuera aún más suya:
Era una locura, pero creo que era una especie de destino. Sabía que quería intentar incluirme en esta historia de una manera que sintiera que desbloquearía algo más universal
Para los actores fue también algo muy peculiar:
"Siempre tengo esta imagen de él perdiendo uno de sus dientes de leche en esa casa donde el equipo pisoteaba el suelo", contó Scott a New York Times. "¿No es extraordinario que mientras filmas una escena en la cocina, en la que un hombre sale del armario con su madre, podría haber subido las escaleras después de haberlo hecho y haberse encerrado enfadado en el baño?".
"Cuando empezamos a intentar decidir dónde rodar la película, pensé: 'Bueno, ¿por qué no filmar allí?'. Sabía que sería una experiencia extraña, pero me gusta cómo me siento cuando estoy un poco aterrorizado y emocionalmente frágil. Las ideas interesantes surgen de ahí", explica Haigh sin esconder que la experiencia fue extraña: "Cuando caminaba solo y me sentaba en lo que habría sido mi antiguo dormitorio y miraba por la ventana, simplemente ser ecuerdan cosas. Recuerdo estar frente a esa ventana cuando era niño. Afuera había algunos árboles enormes, pero cuando vivíamos allí, esos árboles solo me llegaban hasta las rodillas. De alguna manera eso me asustó más que cualquier otra cosa, que esos árboles tuvieran más o menos la edad exacta que yo y hayan estado en este planeta durante 50 años, como yo".