Marvel ha acostumbrado a sus fans a ir esperando miguitas en sus películas sobre los futuros planes del UCM, desde personajes que aparecen hasta pequeños detalles. A muy pocos se les escapó que en el tráiler de Deadpool 3 se veía un cómic de Secret Wars (aunque es cierto que es algo que se sabe que está en el horizonte). Pero no siempre quisieron que sus cartas quedasen tan descubiertas.
Con dos películas ya estrenadas, Marvel Studios ya se sentía más que preparada para seguir expandiendo el nivel de sus adaptaciones de cómics, con el objetivo de cruzarlos a todos en Los Vengadores. Pero antes tocaba hacer una secuela de su gran éxito, y los esfuerzos se concentraron primero en Iron Man 2, con el regreso de casi todo el reparto, del director y también incorporaciones de alto calibre.
Mickey Rourke fue la elección principal para interpretar al imponente villano que iba a estar conectado con el pasado de Tony Stark, tal y como se comenta en el libro MCU - The Reign of Marvel Studios. El actor venía de un momento de resurrección gracias a su película El luchador, por la que estuvo nominado al Oscar, y fue muy selectivo con lo que buscaba hacer. Tuvo que ser Robert Downey Jr., con quien coincidió en varias galas de premios (Downey estaba nominado por su papel en Tropic Thunder. ¡Una guerra muy perra!), quien le convenciese para abordar el papel. Sólo se terminó de concretar cuando Marvel aceptó sus condiciones salariales.
Un tatuaje sospechoso
A partir de ahí, el actor se comprometió bastante con su papel. Quizá hasta extremos poco recomendables. Rourke entrenó con látigos para preparar los movimientos que haría en la película, viajo a prisiones rusas para entender la mentalidad del personaje y participó en el diseño de su personaje, desde incorporar una cacatúa como mascota (algo con lo que tragaron en Marvel) hasta los tatuajes que iba a llevar.
Esos tatuajes supusieron un problema para Kevin Feige y sus planes. Uno de ellos rezaba el nombre de “Loki” en el cuello de Rourke, un detalle que aún se puede ver en algunos planos y muchos fans lo han interpretado como un anticipo de la llegada del hermano de Thor como potencial gran villano. Aunque la realidad es que el actor escogió ponerse ese nombre tatuado en honor a uno de sus perros, que había fallecido poco antes del rodaje.
El pequeño detalle de 'Iron Man 2' que modeló el resto del Universo MarvelCiertamente, Keige tenía planes de que el dios del engaño fuese el gran rival de sus Vengadores, pero no quería que se supiese tan pronto. Así que encargó al equipo de efectos visuales que eliminase digitalmente el tatuaje, evitando así confusiones. Aun así, pobre perro, se quedó sin su homenaje.
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