En 1985, Michael J. Fox estaba en la cima del mundo. Tras solo dos películas había conseguido sustituir a Eric Stoltz en Regreso al futuro y, además, estrenaba una película que solo podía hacerse en los años 80: Teen Wolf, de pelo en pecho. Su guionista, Jeph Loeb, tenía muy claro lo que buscaba al hacer el guion de un adolescente que se convertía en hombre lobo jugador de baloncesto: una comedia que no costara prácticamente nada y se pudiera rodar rápidamente. Lo que no esperaba es que, además, en 2023 se seguiría oyendo hablar de la franquicia. Sí, franquicia.
Lobo hombre en París
El éxito de Teen Wolf hizo que en 1987 naciera Teen Wolf Too (De pelo en pecho 2), una serie de animación que duró 21 episodios y, 24 años después, otra para MTV que duró 6 temporadas, 100 episodios y una película que acababa todo. Por supuesto, la idea del chaval que jugaba a baloncesto y se convertía en hombre lobo no daba para tanto, y acabó convirtiéndose en una serie romántica y supernatural para adolescentes.
Pero ya tuvimos nuestra dosis de romance en 1985. Bueno, es un decir. Hay un plano que ha pasado a la historia de los gazapos en Teen Wolf. Fijaos bien en la escena de la celebración. Todos están contentos, todos se abrazan y, de pronto, al fondo, un chaval aparece con la cremallera bajada. Y debido a la baja resolución, durante un tiempo no se sabia si tenía algo más al aire. Ahora, por suerte, sabemos que había calzoncillos, pero queda para la sórdida imaginación de cada cual. El verdadero wolf de este teen.
No es de extrañar que este tipo de gazapos se colasen: la película apenas costó 4 millones (si se pierden, no pasa nada) y recaudó 30, algo que solo podría pasar en los inocentes años 80. El único tope que se le puso fue el spin-off femenino protagonizado por Alyssa Milano, que acabó convirtiéndose en Una disparatada bruja en la universidad. La magia de Hollywood.