Cuando Ken Li escribió un artículo para Vibe en mayo de 1998 sobre las carreras ilegales titulado Racer X, probablemente no esperaba que diera luz a una saga que ha durado 25 años a través de películas, spin-offs, series de dibujos, videojuegos, atracciones en parques temáticos, juguetes, juegos de mesa y hasta ropa inspirada en la saga. Fast & Furious ha demostrado no solo ser divertida, sino ser, también, tremendamente rentable, especialmente desde que en la quinta parte dejaran a un lado lo de las carreras y se convirtiera en una saga totalmente distinta admirada, incluso, por el mismísimo Christopher Nolan.
La estrella del brum-brum
Fast & Furious 5 fue un cambio de rumbo definitivo en la franquicia, en parte porque Universal insistió en que ya era hora de dar un giro hacia una franquicia de acción pura y dura al estilo de aquellas películas de atracos de las décadas anteriores. La apuesta, como ahora sabemos, salió muy bien, más que nada porque amplió el público. En total, la saga lleva recaudados unos 7500 millones de dólares. Teniendo en cuenta que han costado, juntado todas las cintas, siete veces menos, sale a cuenta.
Y la persona encargada de llevar la franquicia más allá fue Justin Lin, que en esta quinta parte se permitió, además, hacer una pequeña broma dedicada a los fans más cinéfilos: en un momento dado podemos ver la información de Han con sus apellidos: se llama, efectivamente, Han Seoul-Oh. O, si lo dices rápidamente, Han Solo, como el protagonista de Star Wars. Que el acelerador le acompañe.
Aunque solo queda una película de la saga principal de Fast & Furious, eso no significa, ni mucho menos, que vayan a dejar morir la gallina de los huevos de oro. De hecho, ya se prepara una película de Hobbs y Reyes, un spin-off femenino y una película que no esté ligada del todo a la franquicia y pueda verse por separado. ¿Alguien se había creído por un momento que los coches iban a dejar de rodar?