Todo pasa y todo llega, por eso la vida debería ir de estar en el momento y sacarle el máximo partido. Si un problema no tiene solución deja de serlo, porque poco se puede hacer al respecto. ¡Pero qué maravilla la capacidad de pensar siempre así y mantenerse firme en todo momento! Sin embargo, es complicado jugar con el tiempo y con lo que este dispone, ya que se trata de una variable que pasa factura en diferentes planos.
En el profesional, por ejemplo, para las mujeres es complicado lidiar con él y en el mundo del "show business" se traduce en lo siguiente: chicas jóvenes que trabajan como actrices interpretando papeles más infantiles de los que les corresponden y adultas que no lo son tanto que se meten en roles de madres de 40 años con hijos de los que en la vida real les separa poco más que la adolescencia.
Todo esto, más otros tantos factores y condicionantes hacen que el tema del físico, de la mano con las intervenciones estéticas, estén siempre sobre la mesa. Eso sí, ¡cuidado con pasarse! Retócate, pero que no se note mucho para que quede natural, aunque lo único que verdaderamente resulte como tal sea envejecer. Porque si te pasas de frenada la gente se empezará a cuestionar lo que te has hecho y se quejará de que cuando estás delante de las cámaras tu rango de expresiones se ha fundido y simplemente se trata de un mazacote de sentimientos que se traduce en un intento de ceño fruncido paralizado por el bótox.
Gtres
El tiempo no es cruel, lo somos nosotros, de ahí que se haya castigado tantísimo a Meg Ryan a lo largo de las últimas dos décadas, por ejemplo. Otra actriz que ha pasado también por tal escrutinio, sobre todo tras su vuelta a las pantallas, ha sido Kristin Davis, o lo que es lo mismo, Charlotte York en Sexo en Nueva York y desde hace unas temporadas en And Just Like That..., ese "reboot" de la maravillosa serie original cuya primera tanda de capítulos nos dejó un poco ni fu ni fa, además de querer acabar con nosotras con el personaje de Che Diaz, pero que ya parece más encaminada y más Sex and The City.
Según comentan en Women's Health, Kristin Davis lo pasó bastante mal al retomar su papel en la producción de HBO, ya que la gente no paraba de juzgarla por su físico: primero porque comparaban de forma constante su cuerpo con una pera, retrotrayéndose además a la imagen que teníamos de ella de hace, atención, 26 años, ¡una locura! ¿Qué clase de persona piensa que la vida no cambia en más de dos décadas? Pues no lo sé, pero probablemente un José Ramón de la vida. Si te preguntas qué concepto engloba ser un José Ramón, se trata de un señoro que opina de todo a excepción de aquello que de verdad le debería preocupar. Su terreno de juego favorito son las redes sociales.
Sin embargo, no fue lo único que el público comentó sobre los cambios, lógicos, de la actriz, sino que también fueron muy criticados sus supuestos retoques estéticos en el rostro. No obstante, ni corta ni perezosa, Davis se limitó a decir que para estar tan fabulosa como ella a los 60, ¡porque así es! Su rutina favorita es la de hacer ejercicio tipo yoga o pilates, por cómo le moldea y tonifica el cuerpo además de resultarle una forma perfecta de reducir el estrés. Además, dijo que en sus dietas lo más habitual es que hubiese ensaladas, salmón, pollo y huevo.
