Denis Villeneuve es el mayor defensor de la frase "una imagen vale más que mil palabras". Lo ha reivindicado últimamente a viva voz, pero sus películas son la mejor prueba de ello. Dune 2 acaba de llegar a los cines con una potencia visual que destaca por encima de todo y son muchos los espectadores que han salido del cine con ese mismo mensaje: es deslumbrante.
Era uno de los objetivos del cineasta canadiense, quien declaró a The Times que no le gustaba demasiado apoyarse en las palabras. Sus declaraciones son bastante claras.
Francamente, odio los diálogos. Los diálogos son para teatro y televisión. No recuerdo una película por una buena línea, la recuerdo por una imagen fuerte
"Los diálogos no me interesan en absoluto. El poder del cine proviene exclusivamente de la imagen y el sonido, pero eso no es obvio cuando ves películas hoy en día", continúa el realizador. Es algo que se percibe viendo apenas unos segundos de Paul Atreides (Timothee Chalamet) paseando por Arrakis o los Fremen montando a los gusanos.
Hasta aquí, todo correcto. Quien conoce el cine de Villeneuve sabe que es un realizador detallista y minucioso que presta especial atención a la estética. Pero las palabras del director han dolido un poco más porque se ha referido directamente al impacto de las series de televisión y no de manera positiva, precisamente.
"La televisión ha corrompido el cine. En un mundo perfecto, haría una película convincente que no parezca un experimento, pero que tampoco tuviera una sola palabra. La gente saldría de la sala y diría: '¿No había diálogo?', pero no sentirían su ausencia", declaró el director.
Su estrategia parece funcionar porque Dune 2 está arrasando. En crítica ha alcanzado un 93% de valoración, según Rotten Tomatoes, y en taquilla ya va por los 182,5 millones de dólares en todo el mundo. Un resultado mayor del esperado y, si sigue así, allana el terreno para que se estrene la tercera parte del universo Dune.