Pues sí, parece ser que a fin de cuentas las "celebrities" y el resto de los mortales no estamos en posiciones tan alejadas. Bueno, que va, sí que lo estamos y es algo obvio y absurdo negarlo. A fin de cuentas, yo soy yo y mis circunstancias, ¡que qué buena frase acuñó Ortega y Gasset, de verdad! Sin embargo, hay cosas que a pesar de todo pues nos siguen uniendo y parece ser que el estreno de Dune: Parte Dos, es una de ellas.
La llegada, por fin, después de una espera que ha desesperado a más de uno y de dos, de la segunda parte del "reboot" de Denis Villeneuve nos ha tenido a todos enganchados por unos motivos u otros: ya sea por su maravilloso y atractivísimo elenco, por los "lookazos" que se han ido marcando los integrantes del casting y, por supuesto, por la calidad de la película, claro.
Además de ganarse las buenas palabras de críticos y fanes, el "film" de Villeneuve, capitaneado por Timothée Chalamet, Zendaya, la genialísima Florence Pugh, Austin Butler, tras haberse desecho de su acento de Elvis, y Javier Bardem, también ha llamado la atención del resto de artistas del "star system" hollywoodiense y es que hay espectadores que han tenido la suerte, la casualidad, de coincidir en la sala de cine con nada más y nada menos que Ben Affleck y Jennifer Lopez. Sí, sí, tal y como lees.
Imagínate que llegas a tu cine de confianza, de tu barrio, o de la gran urbe más cercana a tu pueblito. Llegas a la sala a ver A todo tren. Destino Asturias y te encuentras dos filas más adelante comiendo palomitas a cascoporro a Blanca Suárez y Javier Rey. O a Úrsula Corberó y Chino Darín. ¿Fuertecito, verdad?
Pues esto fue lo que le ocurrió a las personas que asistieron al cine de Sherman Oaks, en Los Ángeles, hace apenas unos días, como bien dejaron testimonio a través de redes sociales, en concreto de X (¡cómo echo de menos decir Twitter a boca llena!). Y la verdad es que qué mal que las "celebrities" se muestre accesibles haciendo vida como el resto de nosotros y ni siquiera puedan estar a salvo de los focos, aunque sean estos caseros. Al menos la gente no se dio cuenta de quiénes eran hasta que encendieron las luces cuando terminó la proyección, algo es algo.
Y si hay algo, además de lo obvio, que ha llamado la atención a aquellos que se han topado con el vídeo que deja testimonio de lo que aconteció en la sala, es que Ben Affleck y Jennifer Lopez, como personas civilizadas y adultos funcionales, cuando abandonaban sus asientos decidieron llevarse sus restos de palomitas y bebidas para, ¡atención!, tirarlas a la basura. Yo no sé qué es peor, si la exageración con la que idolatramos a ciertas figuras o lo poquito con lo que nos conformamos.