El 4 de marzo de 1995, los cines japoneses se vistieron de gala para el estreno de ¡Fusión!, que presentaba por primera vez la fusión de Goku y Vegeta animada. Los lectores ya sabían que era posible gracias al manga, donde Akira Toriyama había presentado a Vegetto en enero. Además, aquella era la carta de presentación de las fusiones sin necesidad de bailecitos, simplemente con los pendientes Potara. Pero, originalmente, los Potara no existían: al mangaka le vino la idea en un pase preliminar de ¡Fusión! y, al final, quedó claro: el personaje de la película era Gogeta y no era canon. Vegetto, sin embargo, sí. Qué le vamos a hacer.
A patadas con el Reich
Una de las cosas que menos se recuerdan de ¡Fusión! es que, en un momento dado, cuando los muertos salen a la superficie, uno de los que lo hace es... Adolf Hitler (bueno, concretamente Adenoid Hynkel). Sí, sí, el dictador aparece con su ejército plagado del símbolo X, que sustituye, por suerte, a las esvásticas, y es Gotenks el que le para los pies tras convertirse en Super Saiyan.
De hecho, en el doblaje americano, el dictador opina que deberían reclutar a Son Goten y Trunks porque tienen superfuerza, pelo rubio y ojos azules. Poco imagina que el fascismo no es algo que interese demasiado a los hijos de Son Goku y Vegeta. ¡Ah! En versión original lo que dice es que son unos macarras con el pelo teñido y que no son arios.
En España no llegamos a verle, al igual que en las versiones para Alemania, Israel y Francia: las leyes en aquellos países prohíben la reproducción de emblemas nazis y referencias a Hitler, además de insultos a los supervivientes del Holocausto. Aquí se ve la lucha contra su ejército, pero él fue cortado del todo. Hitler no volvió a salir en todo Dragon Ball, aunque en el videojuego Shin Budokai se refieren a él como un monstruo más. En el infierno está muy bien, la verdad.