Jason Statham es, a día de hoy, una estrella de cine indiscutible. Es sinónimo de película de acción, alguna de ellas tan buena como Despierta la furia (2021) o con tantos fans como The Mechanic (2011). A principios de la década de los 90 no parecía que fuera a triunfar del modo en que lo hizo después, ya que sus inicios son completamente humildes. Mientras se abría camino como actor, Statham se sacaba dinero vendiendo joyas de imitación, un negocio que comenzó su padre.
De nadador (casi) olímpico a vendedor de joyas falsas... y estrella de cine
El padre de Statham tuvo muchos trabajos ocasionales mientras él era un niño. Se ganaba la vida como pintor de casas, minero o vendedor de productos sin licencia en las calles de Londres. De ahí le vino al actor la inspiración para ganarse la vida trapicheando al aire libre, algo que comenzó mientras entrenaba en el equipo nacional británico de natación que podría haberle llevado a los Juegos Olímpicos de Barcelona '92 y en el que estuvo compitiendo 12 años.
Statham también andaba abriéndose camino como modelo para marcas como Tommy Hilfiger y Levis, además de aparecer en vídeos musicales como 'Comin' On' de The Shamen, pero no ganaba lo suficiente como para vivir de ello. Se puso a vender en el mercado negro y se topó con Guy Ritchie, lo que le cambiaría la vida. Según declaró el propio Jason Statham en una entrevista con Aol., el director le ofreció el papel de Lock & Stock exclusivamente por su pasado como vendedor.
"No necesitaba actuar... Simplemente entré en el mundo del cine haciendo lo que solía hacer", aseguró.
Universal Pictures
"Yo era un 'lanzador de moscas', como lo llaman", le contó a Esquire en 2015, "Me sentaba afuera de Harrods y promocionaba las joyas. Hacía cinco cadenas, una cuerda de 24 pulgadas, la de 18 a juego, una pulsera... Ese era el conjunto completo. Lo exhibíamos en cajas y lo envolvíamos en papel de seda. Se lo colocábamos en las palmas: '¡Aquí tiene señora!".
Todos los demás saltadores estaban arruinados. Yo era el único que tenía dinero. Mucho dinero. Dos, tres mil dólares en un fin de semana. Mi amigo Fish Fibbens y yo, cuando teníamos suficiente dinero, comprábamos autos y corríamos a lo grande por todo Londres. Era realmente peligroso, tenemos suerte de que no nos mataran ni de que no matáramos a nadie
Como dice el intérprete, entró en el cine haciendo lo que siempre había hecho, ni más ni menos, pero con 5.000 libras más en el bolsillo. Eso es lo que recibió por su primer papel importante y el que le abriría las puertas a una gran carrera. En su siguiente película con Guy Ritchie, Snatch, cerdos y diamantes, ya recibió 15.000. "Lo habría hecho gratis solo por tener la oportunidad de hacer algo diferente", aseguraba a The Esquire, "Siento que he tenido cuatro carreras. Una carrera de puto comerciante callejero, la carrera de un deportista, y ahora tengo una carrera de algo diferente. Tres, en realidad. He tenido tres carreras".
