Son apenas unos minutos, pero esta escena de Dune: parte 2 descoloca al mismo tiempo que destaca por ser una de las mejores de la película. Hablamos de ese enfrentamiento que tiene Feyd-Rautha Harkonnen -el personaje al que interpreta Austin Butler- con los prisioneros de la Casa Atreides al más puro estilo circo romano. El sobrino del barón da rienda suelta a su agresividad luchando contra ellos en la única secuencia rodada en blanco y negro en toda la película, ¿por qué el director Denis Villeneuve decidió rodarla así?
Es un cambio que ya llamó la atención cuando se estrenó el tráiler y, aunque muchos aseguraron que era una técnica que se usaba habitualmente en el cine para contrarrestar el nivel de violencia -y ciertamente que existe y si no que se lo digan a El ciempiés humano 2-, esa no es la razón por la que Villeneuve ha tirado de este recurso en esta ocasión.
La explicación es mucho más lógica y tiene que ver con el universo que creó Frank Herbert, autor de la novela original. En el libro The Art and Soul of Dune: Part Two, Denis Villeneuve explica que es la primera vez que vemos el Giedi Prime, el hogar de los Harkonnen, durante el día -en la primera entrega solo había aparecido de noche-. En este lugar tienen sol negro, que es la razón por la que la lucha con los prisioneros se ve de este modo.
"La luz del sol mata el color. Nada puede florecer en este planeta, ni siquiera el color", cuenta el cineasta. Esta decisión no solo hace que el planeta se perciba como algo completamente extraño, sino que ayuda a entender la psique de los Harkonnen. "Somos el producto de nuestro entorno", cuenta Villeneueve.
Warner Bros.
Para lograr esta estética, el equipo del realizador, especialmente el director de fotografía Greig Fraser, han utilizado técnicas totalmente innovadoras. Han recurrido a una cámara modificada para grabar en infrarrojo, lo que consigue una estética única que transforma a esta Casa en algo fuera de lo común y que encaja en lo que el director quería que significaran para la historia.
Y, si te interesa esta parte de la cinta, el director comparte aún más detalles. Por ejemplo, para celebrar el cumpleaños de Feyd-Rautha explotan fuegos artificiales, ¿los recuerdas? Pues bien, se inspiraron en "gotas de tinta que caen en alcohol transparente" para hacerlos realidad en la pantalla. La productora Tanya Lapointe explica en el libro que era uno de los "elementos más desafiantes", ya que pocas veces hemos visto fuegos artificiales en blanco y negro.
Una prueba más de que Villeneuve no deja nada al azar y que todo lo que aparece en sus películas está estudiado al detalle.
