La saga de ciencia ficción más querida y popular de la historia sigue teniendo grandes planes de futuro aún estando a punto de cumplir medio siglo, pero, por grandes y emocionantes momentos que nos haya hecho pasar Star Wars a lo largo de los años, cualquier fan estaría de acuerdo con que la trilogía original es lo mejor con creces de toda la franquicia. Asimismo, de las tres películas, existe una especial predilección por la segunda, Star Wars: Episodio V - El imperio contraataca, a menudo señalada como la mejor de la saga galáctica.
Con casi 50 años de historia, las anécdotas de la franquicia se cuentan por decenas, incluso centenas, y ya es vox populi que Harrison Ford se dejó un guion original de Una nueva esperanza olvidado en su apartamento o que George Lucas dio con el nombre de R2-D2 cuando ni siquiera había comenzado a trabajar en la saga.
La trilogía original de Star Wars es tan icónica que son muchas las escenas que sus millones de fans en todo el mundo tienen tatuadas en sus retinas, pero es innegable que hay secuencias que resultan especialmente emblemáticas. El imperio contraataca tiene algunas de ellas y, aunque es imposible que ninguna supere al mítico "No, yo soy tu padre", la batalla de Hoth al comienzo de la película también ha dejado una huella imborrable.
La batalla de Hoth fue la invasión imperial dirigida por Darth Vader contra la remota Base Echo de la Alianza Rebelde sita en el planeta glaciar y el ataque incluía tanto soldados de nieve (snowtroopers) como los famosos y gigantescos vehículos AT-AT que tanto gustan a los fans. Una batalla legendaria con pocas posibilidades para los rebeldes cuyo rodaje también esconde una interesante anécdota: la mayoría de los protagonistas de la escena no son actores, sino que para los extras contaron con un montón de voluntarios de la Cruz Roja.
El portal Fantha Tracks publicó un interesante artículo sobre ello con motivo del 40 aniversario de la película, compartiendo información interesante sobre el rodaje de aquella escena, que tuvo lugar en Noruega después de que el Publicity Manager de 20th Century Fox de Noruega, Bjørn Jacobsen, confirmase al productor Gary Kurtz durante una proyección de Una nueva esperanza en 1977 de que en el país nórdico podría llevarse a cabo un rodaje en plena nieve.
El lugar escogido fue la localidad noruega de Finse y el rodaje no estuvo exento de problemáticas. Aquel año, 1979, tuvo lugar la peor tormenta de nieve que pudieran imaginar, lo que pilló a todos por imprevisto y dio lugar a otras anécdotas como que Harrison Ford apenas llevase ropa de abrigo y tuviese verdaderos problemas para llegar a la localización. Algunas escenas pudieron rodarse, mientras que otras tuvieron que dejarse para más tarde, ya sin los actores.
Sin embargo, como la escena requería de bastantes extras, Jacobsen y su equipo tuvieron que "tirar" de gente del lugar y así es como varios voluntarios de la Cruz Roja se convirtieron en soldados de la Alianza Rebelde. Curiosamente, entre ellos también había dos periodistas, Arve Juritzen y Odd Johan Nelvik, que se habían colado entre los voluntarios. Sin embargo, hace 40 años, sin redes sociales ni filtraciones, eso no le importó demasiado a nadie. El empleado de 20th Century Fox de hecho se dio cuenta desde el primer momento que había dos extras que dedicaban su tiempo libre entre tomas a tomar fotografías, así que dio por hecho que se trataba de dos reporteros. Juritzen y Nelvik aparecieron como extras en la película, aunque solo se ve a uno de ellos en la edición final y también publicaron sus artículos.
