Tuvieron que pasar 32 años para que fuese una realidad, pero tras tres décadas de intentos infructuosos la tercera película de la saga Cazafantasmas consiguió salir adelante. Lo hizo de la mano de Jason Reitman -hijo de Ivan Reitman, director de las dos originales- como un nuevo proyecto, pero vinculado a las dos primeras películas, que funcionaría como secuela pero siguiendo a una nueva historia La película ya no se llamaría Cazafantasmas 3, sino Cazafantasmas: Más allá, y fue estrenada en 2021 combinando parte del elenco original con un nuevo elenco de jóvenes actores.
En Cazafantasmas: Más allá Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson, Annie Potts y Sigourney Weaver regresaron en la piel de sus personajes en la película sobrenatural de los 80, mientras que las nuevas incorporaciones fueron Carrie Coon, Paul Rudd, Finn Wolfhard y Mckenna Grace, entre otros.
La película apostó por ignorar al completo la película de 2016 Cazafantasmas, dirigida por Paul Feig y protagonizado por un nuevo elenco de mujeres que iniciaban un negocio de cazafantasmas.
Al contrario que el reboot de 2016, que fue un fracaso en taquilla con pérdidas de 70 millones de dólares debido a su alto presupuesto, Cazafantasmas: Más allá pudo ser considerada un éxito comercial pese a haber recaudado menos, puesto que su inversión era de la mitad. Como resultado de ello y de la buena acogida de la película, que hizo las delicias de los más nostálgicos, se encargaría una secuela que precisamente hoy llega a las salas de cine.
Precisamente hoy también es el último día que puedes ver Cazafantasmas: Más allá en el catálogo de Netflix, ya que dejará de estar disponible hoy 22 de marzo de 2024. Tu mejor oportunidad, sin duda, para verla de nuevo antes de ir a ver su secuela al cine.
La película, secuela directa de Cazafantasmas (1984) y Cazafantasmas II (1989) por 32 años después, nos permite conocer a Callie Spengler (Carrie Coon), la hija de Egon Splenger -el personaje del fallecido Harold Ramis-, una madre soltera que se muda a un pequeño pueblo con sus dos hijos, Trevor (Finn Wolfhard) y Phoebe (Mckenna Grace), a la granja que han heredado de su abuelo. Allí no tardan en conocer algunos de los secretos relacionados con ellos mismos y con este lugar, ya que el legado de su abuelo conecta con los orígenes de los Cazafantasmas.
Mientras, Gary Grooberson (Paul Rudd), profesor y sismólogo, estudia una serie misteriosos terremotos que parecen que estar relacionados con algo sobrenatural. No tardan en descubrir una trampa para capturar fantasmas, lo que supondrá el comienzo de una nueva aventura.
Cargada de nostalgia y considerada como un homenaje perfecto al fallecido Harold Ramis, cuya muerte en 2014 acabó con los largos planes de una Cazafantasmas III y dio lugar a este nuevo proyecto, la película caló muy bien entre los más fieles fans de la saga sobrenatural.
"Desde los primeros compases del filme en los que escuchamos el homenaje que el compositor Rob Simonsen hace a la banda sonora del enorme Elmer Bernstein, uno no puede más que emocionarse y evocar a los grandes momentos que la franquicia de Reitman padre nos dio en pasado", reza la crítica de 4/5 estrellas firmada por Tomás Andrés para SensaCine. "Valiéndose de éxitos actuales como Stranger Things o It, el realizador compone una pieza nostálgica plagada de referencias que consigue que al espectador se le erice el vello en más de una ocasión".
Tres años después, Cazafantasmas: Imperio helado acaba de llegar a las salas de cine.
